MI CHICA RUBIA; beth greene

𝟏𝟏

𝐒𝐄𝐂𝐑𝐄𝐓𝐎𝐒

—¿pero qué mier...?.

—No grites, ¿Si? —me quitó su mano de mi boca.

—Debes decirle a los demás —me crucé de brazos.

—No puedo, es un secreto que debo guardar —suspiró—. Pero no quiero que le digas a nadie, por favor...

¿Cómo llegamos a esto? Bueno, pues vayamos desde el comienzo del día...

—Es un día muy caluroso —me senté—. ¿No lo creen?.

—Yo lo siento igual a los otros días —T-dog habló y en eso llegó Glenn.

—Dale, tengo unos duraznos para ti —anunció.

—Gracias —los tomó.

—Buen día —saludó a Andrea quien salía de la casa rodante.

—Buen día —le devolvió el saludo mientras caminaba.

—Ten —me extendió un durazno.

—No, gracias —le sonreí.

—¿Qué tal? —T-dog lo saludó y se acercó a la canasta que ese traía.

—Nada —lo miré extrañado—. Nada nuevo, ¿Por qué? —Dale se acercó hacía él.

Hubo un pequeño silencio incómodo hasta que él tomó la canasta y se fue.

Sin duda alguna, oculta algo.

—¿Soy yo o está actuando extraño? —cuestioné mientras me levantaba de la silla.

—Definitivamente está actuando raro —Dale coincidió y empecé a caminar.

—¿A dónde vas? —T-dog me detuvo y volteé a verlos.

—Voy a ver si puedo ayudar en algo —le sonreí.

—Dijiste que ya no estarías en la búsqueda —recordó.

—¿Quién dijo que voy por eso? —alcé una ceja y sonreí, me di vuelta para seguir mi camino.

—No ocasiones problemas —escuché a Dale.

—No prometo nada.

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—¿Cómo rayos pasó esto? —mamá preguntó y guardó el arma.

—Bueno... es mi culpa —Dale confesó—. Lo dejé entrar a la casa rodante. Dijo que quería un transmisor que tú le habías pedido —le habló a papá.

—Ah si que, además de todo, mintió —volteó a ver a Carl, él bajó la cabeza—. ¿En qué pensaba?.

—Quiere aprender a disparar —Shane comentó—. Me pidió que le enseñe... sé que no es asunto mío, pero con gusto lo haré, es tu decisión.

—Bueno, no me agrada la idea —mamá afirmó mientras que papá no dijo nada—. No me hagas quedar como la irracional aquí ¿Rick? —volteó a verlo.

—Lo sé, también me preocupa pero...-

—¿Pero qué? —interrumpió—. Le acaban de disparar, al igual que a Lexie. Oye, él recién vuelve a caminar ¿Y ya quiere un arma?

—Es mejor que si les tuviera miedo, por algo hay armas en el campamento, debería aprender a usarlas —comentó.

—No quiero que mi hijo ande por ahí con un arma.

—¿Pero cómo defiendes eso? no puedes dejarlo por ahí sin protección.

—Yo creo que aquí está a salvo. Mira, todo lo que dices tiene sentido, pero..., no está bien. No me pareció bien que se fuera con ustedes al bosque y ojalá hubiera dicho, debí seguir mi instinto —informó.

—Está creciendo, gracias a Dios —respondió de inmediato—. Debemos empezar a tratarlo como un adulto, para que sea igual de fuerte que Dael, como todos nosotros.

—Bien... —interrumpió—, que actúe como tal —miró a Carl—. Aún no es tan maduro para llevar un arma —Carl se levantó.

—No voy a jugar con ella, mamá —se defendió, haciendo que los otros tres voltearan a verlo—. Sé que no es un juguete, siento haberte decepcionado.

—No, Carl. Tú no has decepcionado a nadie —le susurré.

—Pero quiero encontrar a Sophia, y defender nuestro campamento. No puedo hacerlo sin un arma —afirmó.

—Shane es el mejor instructor que conozco —informó—. Lo he visto enseñarle a niños como Carl.

Hubo un pequeño silencio, hasta que mamá vino hacia Carl y lo agarro de los cachetes:

—Lo tomarás en serio, y serás responsable. Y si llego a enterarme de que no estás cumpliendo con las expectativas —suspiró— juro que....

—No te defraudará —papá interrumpió.

—Cierto —afirmó.

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—Hay caminantes en el granero y Lori está embarazada —escuché confesar a Glenn, justo cuando llegué con ellos.

—¿Pero qué mier...?.

—No grites, ¿Si? —me quitó su mano de mi boca.

—Debes decirle a los demás —me crucé de brazos.

—No puedo, es un secreto que debo guardar —suspiró—. Pero no quiero que le digas a nadie, por favor.

Que ahora ya no es tan secreto, Glenn Rhee.

Y bueno, aquí nos encontramos:

Volteé a ver a Dale con la respuesta que esperaba: que les dijera. Pero no fue así, ese solo asintió en que debía de guardar aquél secreto. Aunque probablemente nos daría problemas más tarde.

—Ahg, de acuerdo —me rendí.

—Y lo de tu mamá...

—Glenn, eso ya lo sabía —le interrumpí—. Tienes mala memoria de cuando te pregunté si tú le habías traído esa prueba, no me respondiste aquél día pero ahora sé que sí —afirmé.

—Sé que no me debería de meter pero, ¿Shane o Rick? —Dale preguntó, haciendo que Glen y yo nos pusiéramos dudosos.

—No tengo ni la más mínima idea —confesé.

—¿Rick sabrá lo de Shane y Lori? —preguntó el coreano.

—Ni idea, creo que solo es cuestión de esperar.

—Oigan, ¿Pero qué hacemos hablando sobre eso? —pregunté con gracia—. Esto me parece muy raro e incómodo, ¿No lo creen?.

—Sí —ambos dijeron al mismo tiempo.