MI CHICA RUBIA; beth greene

𝟐𝟎

𝐑𝐄𝐂𝐔𝐏𝐄𝐑𝐀𝐍𝐃𝐎 𝐋𝐀 𝐂𝐎𝐑𝐃𝐔𝐑𝐀

𝐃𝐈́𝐀 𝟐𝟖𝟎

Antier fue un día terrible, perdimos a Carol, T-dog y a mamá, la bebé está a salvo.
Daryl y Maggie salieron en busca de leche maternizada para que pudiera vivir. Papá tras la muerte de mamá a estado demasiado mal. No estuvo listo para eso, nadie lo estaba, pero él estaba molesto con ella, así que fue peor.

"Debes decirle lo que sientes... antes de que sea muy tarde".

Esas palaras rondaban por mi cabeza una y otra vez. Y ella tenía razón, tengo que decirle a Beth lo que siento, le dije a mamá que lo haría, pero siento que ahora no es el momento para ello, pero sé que tarde o temprano lo tendré que hacer, solo espero que no sea tarde.

Estamos sentados desayunando, bueno..., Carl no ha tocado su comida desde que se lo sirvieron y yo... pues agarro porciones pequeñas, no tengo ánimos de nada, ni siquiera de comer y de seguro todos lo notaron, pero aún así hago el esfuerzo de poder hacerlo.

—¿Están todos bien? —escuché la voz de papá, sin embargo no volteé a ver donde se encontraba y se escuchó una puerta abrirse, obviamente era él.

—Sí, así es —Maggie le respondió. Todos dejaron de comer, se escucharon pasos, y ahí es donde volteé, él estaba detrás de mi.

—¿Y qué hay de ti? —Hershel le preguntó.

—Limpié el cuarto de las calderas —confesó y nos miró a Carl y a mí.

—¿Cuántos habían? —Daryl preguntó.

—No lo sé. Diez, veinte... Tengo que volver. Solo quería ver como estaban Dael y Carl —nos tocó el hombro.

—Rick —Glenn se levantó—. Nos encargaremos de los cuerpos, no tienes que hacerlo tú.

—Debo hacerlo —respondió al instante y caminó a donde se encontraba Daryl—. ¿Todos están armados?.

—Sí, pero hay pocas municiones —informó.

—Maggie y yo pensábamos salir esta tarde —comentó—. Encontré una guía con lugares que podemos buscar balas y leche.

—Vaciamos el cuarto del generador —Daryl le informó—. Axel lo está arreglando para emergencias. También revisaremos nos niveles inferiores.

—Bien —empezó a caminar hacia la puerta—. Bien.

—Rick —Daryl le llamó pero ese cerró la puerta.

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—Mira esto amigo —Óscar le dijo a Daryl y apuntó con una linterna a una puerta que se movía—. No debimos haberlo visto.

—Deben ser uno o dos —escuché que dijo, porque yo fui a donde estaba parado Carl.

—¿Estás bien? —le pregunté y me volteó a ver. Y es ahí donde me di cuenta que fue una estúpida pregunta—. Lo siento, creo que ambos no lo estamos. Nunca he sido buena para dar buenos ánimos, mucho menos ahora —confesé.

—Supongo, tú no te ves tan mal —comentó.

—Tal vez no lo demuestre, pero si lo estoy, era mamá.

—Vamos —Daryl llegó con nosotros y empezamos a caminar despacio, se escuchaba la puerta moverse—. A mi mamá... le gustaba el vino —empezó a contar—. Le gustaba fumar en la cama. Virginia Slims. —miró por una puerta y volvimos a caminar—. Yo jugaba con los chicos... del barrio. Podía hacerlo cuando no estaba Merle. Tenían bicicletas y yo no. Oímos las sirenas más fuerte, subieron a sus bicicletas y yo los seguí, esperando algo que valiese la pena. Corrí tras ellos, pero no los alcancé. Di vuelta en la esquina y vi que mis amigos me miraban, todos me estaban mirando. Habían bomberos, gente del barrio... estaban ahí por mi casa... era mamá en su cama, hecha cenizas. Fue lo más duro, ella ya no estaba... borrada, no quedaba nada. La gente dijo que era mejor así, no lo sé. Pareció que no fue real, saben.

—Maté a mi mamá —Carl confesó, haciendo que Daryl lo volteara a ver—. Estaba inconsciente, aún no se había convertido. La maté, fue real —lo volteé a ver—. Lamento lo de tu mamá —bajó la cabeza.

—Igual lo lamento.

—Y yo la de ustedes —nos miró—. Vamos —volvimos a caminar.

Seguíamos caminando por los pasillos alertas de podernos encontrar con caminantes, aunque ya habían revisado todo el lugar.

—Oh, eso es lo que necesitaba —Óscar habló y entró a una celda—. Ah, sí —se agachó—. Sí, amigo.

—¿Para que quieres pantuflas? —Daryl le preguntó.

—Ya sabes, para el fin del día. Para relajarme —dijo y reí en lo bajo.

Y de repente se escucharon gruñidos, volteamos rápido y Daryl lanzó una flecha, Óscar, Carl y yo disparamos, al mismo tiempo. Solo era un caminante.

—Muy bien —Daryl salió de la celda.

—Debió estar en la última celda —Óscar comentó, Daryl alumbraba al caminante con una linterna y se agachó cuando vió un cuchillo en el caminante—. Habíamos revisado todo —Daryl sacó el cuchillo y lo miró atentamente.

—Es el cuchillo de Carol.

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Estaba cargando a la bebé, a mi hermanita. Quizás no era de mi sangre, pero lo era y así la iba querer.
Carl estaba con Beth, y yo junto a Hershel. En eso se escucharon pasos que venían de donde papá iba. Y sí, era él.
Empezó a caminar a donde me encontraba sentada, se veía que él quería cargarla, así que se la pasé con cuidado.

—Shh Hey —la tuvo en sus brazos—. Hola —le habló a la bebé y sonrió.

Salimos al patio, Beth, Carl, Hershel, Rick con la bebé en brazos, y yo:

—Se parece a ti —papá le dijo a Carl y él solo sonrió—. Hey, ¿Puedes? —le estaba pasando la bebé a Carl—. ¿La tienes?.

—Sí.

—De acuerdo, okey... —y empezó a caminar hacia el patio, nosotros solo veíamos que se alejaba.