𝟓

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𝐍𝐔𝐄𝐕𝐎 𝐕𝐈𝐀𝐉𝐄


—¿Papá? ¿Eres tú? —me tallé los ojos.

—Dael, que bueno que despertaste —me abrazó.

—¿Qué me pasó? —me senté y vi a Jim, se veía pálido ¿Qué le habrá pasado?— ¿Jim? ¿Qué te pasa?.

—Solo... una pequeña mordida —dijo en lo bajo.

—¿Qué? —dije preocupada.

—Tranquila, todo estará bien —¿Tranquilizó? e hizo una sonrisa de lado.

—Los dejo —dijo antes de salir de allí.

—¿Y cómo te pasó? —me levanté y me fui a sentar donde estaban sus pies. Lo mire, realmente estaba muy mal.

—Ayer, hubieron caminantes y uno me mordió uno —estaba quitándose las gotas de sudor que estaban en su frente—. Aunque, para ser sinceros ya sabía que iba a pasar —confesó.

—¿Qué? ¿Cómo?.

—Tuve un sueño.
Y empezó a contarme su sueño y todo lo que pasó en el día de ayer.

—Estúpido Shane, ¿Cómo carajos te pudo tirar agua? —dije molesta.

—Ya sabes, es Shane —dijo pero hizo una mueca de dolor.

—Por cierto —dije y empecé a buscar dentro de mi mochila—, te traje algo cuando fuimos a la ciudad. Una gorra, para ti —le mostré una sonrisa y se la puse—. ¿Te gusta?.

—Sí, es muy bonita. Gracias —asentí.

—¿Qué pasará contigo? —pregunté preocupada

—Ya tomé una decisión.


︻デ═一
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—¿Cómo carajos van a dejar acá a Jim? —pregunté furiosa mientras que sentaban a Jim bajo un árbol—. No debemos hacerlo, no podemos hacerlo.

—Él ya tomó su decisión —dijo Shane.

—¡Tú cállate!.

—¡Dael! —mi madre gritó enojada.

—Debe de haber otra manera —comenté, claramente ignorándola.

—Lexie, ya tomé mi decisión —dijo algo débil.

—Pero ¿Por qué? ¿Por qué debe ser así? —me acerqué a él

—No hay otra salida y solo sería una carga. Pero podré estar de nuevo con mi familia.

—Entonces... está bien —dije con tristeza—. Nos vemos, Jim. Siempre te recordaré. No es un adiós, es un hasta pronto. Te quiero Jim —le di el último abrazo.

—Hasta pronto, Lexie —me separé y me fui de nuevo a la casa rodante.

Después de mi los demás se despidieron por última vez de Jim. Los carros y la casa rodante empezaron a avanzar, desde atrás podía ver como nos alejábamos dejando a Jim bajo ese árbol.

Llevábamos un tiempo en carretera, no sabía a donde íbamos, así que me paré y fui hacía Glenn, que iba de copiloto:

—Glenn.

MI CHICA RUBIA; beth greeneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora