Lidiar Con Los Descubrimientos

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Hay una pequeña sacudida a su lado, el frío se cuela en sus partes expuestas por un momento, antes de estar cubierto de nuevo y zambullido una comodidad no ordinaria. La cama es rígida, pero se siente familiar; algo que debería ser natural al estar en guerra.

¡En guerra! 

Wei Ying abre los ojos con urgencia, siente el picor de la energía resentida en las puntas de sus dedos y teme por la vida de Jiang Cheng y Jiang YanLi. Lo único que encuentra es a un mañanero Lan Zhan, parado de manos entrando en meditación. La habitación es bastante pequeña, y oscura, pero puede distinguir las líneas bien definidas del cuerpo masculino entrando en la adultez. Ha tenido que verlo muy seguido últimamente.

Un rubor que no puede evitar, sube por su rostro y lo obliga a esconderse detrás de la manta. Intenta volver a dormirse, pero su cuerpo alerta le recrimina los días y días de cercanía que se ha ganado después de declarar de manera alegre que es la "esposa" de Lan zhan. Sabe que en un primer momento fue una idea estúpida, sólo que al pensarlo mejor se convirtió en la mejor manera de ganar la confianza de los Wen. A la mañana siguiente de su espectáculo, Lan Zhan apareció con un traje oscuro, propiedad de Wei Ying y Wei Ying había adquirido un bonito traje a juego, mucho más delicado, que acompañó con sus habilidades para el arte con un elaborado maquillaje femenino que distrajo cualquier atención del guapo rostro de su acompañante. Desde entonces, no hay cinta Lan a la vista, pero Wei Ying la encuentra todas las noches atada a la muñeca de Lan Zhan como un recordatorio del esfuerzo que hace para mentir. 

Los Wen que se encontraron en la posada, son quienes se encargan de administrar los recursos fronterizos y los aceptaron con gusto dentro de sus filas debido a que el talento de un cultivador errante era lo indicado para mantener a raya a los rebeldes. Los ayudaron a cruzar las fronteras mientras hacían comentarios jocoso sobre el gusto de Wei Ying por las prendas femeninas y el maquillaje, hasta que Lan Zhan gruñó en una clara amenaza por quien cuestionase a su "esposa".

Ahora son cultivadores invitados de la secta Wen sin que Wen RouHan los haya visto nunca. Entran y salen de los terrenos de la secta sin mucha dificultad, esto ha permitido información adicional hacia sus hermanos y un sin número de ataques menores que lentamente han desgastado las provisiones de sus enemigos.

En medio de la penumbra, Lan WangJi inspira con algo de fuerza mientras levanta una mano del piso para llevar más dificultad a su meditación y ejercicio.

Wei Ying suspira, no puede dormir y los extraños pensamientos hacia su amigo ahora son reemplazados por la preocupación creciente a su posición. Aquí tienen que ser cuidadosos, los chicos ordinarios jamás habían visto al Segundo Maestro Lan, mucho menos los cultivadores errantes o de pequeñas sectas que componían a los soldados de a pie, aunque era probable que en algún momento llegase un alto mando que sí los reconociese. Hasta ahora, la información enviada ha servido para detener e interceptar algunos movimientos, necesitan algo más sólido y accesible que atacar para desmoronar a su oponente desde dentro. 

—Leng Du (1) —la poderosa voz de Lan Zhan lo llama desde la penumbra, no ha sido muy cauteloso con sus movimientos al despertar. Algo dentro suyo suspira por la idea de que aquel nombre escogido con ciudado fuera real, que su vida ahora no consistiera más que en hacer feliz al esposo que le habla con preocupación—. ¿Te encuentras bien?

Por mutuo acuerdo, han establecido reglas tácitas de trabajo: nunca se llaman por sus nombres reales; de ninguna manera nombran a las sectas, son sólo dos cultivadores venidos de muy lejos; su historia de amor es la de dos chicos que huyeron de casa por no ser aceptados y, por tanto, siempre deben ser cordiales el uno con el otro.

—Esposo, esposo, esposo, te levantas temprano y ya me haces falta —dice, tratando de bromear. La ligera luz que comienza a clarear el día y entra por el marco de la puerta, le permite ver la esquina de los ojos de Lan Zhan mientras se arruga—. El otoño comienza a ser crudo, así que me hace falta calor.

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