Lo primero que experimenta Jiang Cheng al abrir los ojos es el peso muerto sobre su pecho que se aprieta contra él cuando intenta levantarse. Tiene algo de migraña y no quiere mover la cabeza. Emite un quejido bajo, obligándose a mirar hacia el lugar donde el cabello de onix de Lan XiChen se desparrama sobre sus túnicas y sus poderosos brazos rodean su cintura con un ademán posesivo.
¡¿Por qué de todas las personas él?! Jiang Cheng no se atreve a especular, pero recuerda que le ofreció licor al primer jade de Lan, hablaron de cosas absurdas y luego lloraron, así que es mas que obvio que se durmieron en medio de su patético intento de desahogo emocional.
Quiere morirse. Se suponía que sólo tomaría un poco, haría algún broma y podrían regresar a mirar la guerra con hambre. No esta fechoría de jóvenes sin responsabilidades.
Intenta aliviar su dolor de cabeza masajeando un poco su cien, pero una de sus manos está atrapada entre los brazos del hombre dormido. Cuando está por despertarlo, y pedir perdón, alguien entra en la tienda.
—Buen día, líder de secta Jiang —saluda el visitante, un joven poco mayor que Lan XiChen, vestido con túnica Lan y con cinta para la frente con el patrón de nubes. ¡Lo que le hacía falta! un primo del líder de otra secta siendo testigo de como es una mala influencia para éste. Algo en su cara debe mostrar su preocupación, porque se agrega en seguida—: No se preocupe, mi nombre es Lan XiDeng, soy el segundo al mando aquí. Nuestro líder de secta ha pasado malos días y está bien que se divierta con alguien a quien estima.
Jiang Cheng frunce el ceño, por la luz que entra y por las palabras que le regalan. No sabe que es peor.
Luego, analizando el lugar y al nuevo Lan, que lleva té y algunos bollos para desayunar, es consciente que además de todo, han dormido en el piso como un par de borrachos corrientes.
Mueve un poco a Lan XiChen para tratar de levantarse y alcanzar la comida, que huele extrañamente bien para la situación, cuando se percata de que hay algo enredado entre los dedos de su mano izquierda, la que estaba aprisionada. Al levantarla frente a sus ojos, una cinta blanca ribeteada de nubes ocupa toda su vista. Su mente, nublada por el dolor de cabeza, le susurra "... no deberá ser tocada o entregada a nadie. Regularse a uno mismo" lo estudió en Yunmeng cuando aprendía sobre sus aliados, y luego en Gusu cuando Wei Ying hizo un escándalo.
—Oh —exclama Lan XiDeng, que se encuentra arreglando la mesa—. Mis felicitaciones, Líder de secta Jiang.
Vuelve la vista hacia él, a punto de preguntarle de qué habla, cuando el peso muerto sobre su cuerpo se mueve por cuenta propia. Ahora Lan XiChen está ocupando todo su campo de visión. Es abrumador. Tiene los ojos algo hinchados, por lo que sus párpados lisos ahora tienen un ligero color rosa, el cabello suelto enmarca su rostro creando un contraste bellísimo entre el negro azabache de las hebras y la blanca extensión de la piel desnuda del rostro, el cuello, los hombros y el torso. ¡¿Por qué ZeWu-Jun está medio vestido sobre él?!
—¿Por qué estamos durmiendo en el piso? —es la pregunta del otro líder de secta.
—No lo sé. Estábamos borrachos —contesta, mientras algo repta por su estómago y enciende sus mejillas. ¿Por qué alguien puede verse como un inmortal incluso al levantarse?
Lan XiChen continúa mirándole, sin moverse ni un poco. También debe tener migraña.
—WanYin, te ves particularmente mmm... Adorable.
¡¿Qué?!
—¿Sigues borracho? —le acusa, empujándolo a un lado para poder sentarse de manera adecuada. Ahora ambos están frente a frente, muy cerca.

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Mentira
RomanceLan XiChen y Jiang WanYin deben tomar las decisiones importantes en la guerra. Son ellos quienes dirigen la pelea contra los Wen, así como los principales afectados por las acciones de estos. En el trascurso de la misma, la relación entre ambos se e...