—Tengo curiosidad ¿Qué es lo que piensa que estamos pensando? — inquiere Chierie-sama
—No, no— me pongo nervioso y la ex Maou se rie.
—¡Qué reacción más adorable! ya es un adulto Heika, no tiene porqué contarnos los detalles, pero no me importaría oírlos— sigue divirtiéndose conmigo, alcanzo a mirar a un nada feliz Wolfram, pero Gwendal llama mi atención.
— Vayamos a hablar a la oficina, sígame por favor— de pronto se lo vé súmamente serio, lo sigo sin decir nada.
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Al llegar cierra la puerta, incluso antes de que Günter llegue.
—Me llegó un rumor esta mañana— se ve el desagrado en sus ojos y en su voz al decir la palabra "rumor", me quedo callado esperando que prosiga.
— Los guardias vieron a Yaki salir de su habitación anoche acomodándose la ropa y el cabello, dicen que usted mismo la dejó pasar. No suelo entrometerme en estas cosas, ni hacer caso a las habladurías a pesar de siempre enterarme de lo que sucede en el castillo — me mira— pero siendo que fué mi hermano el origen de los anteriores rumores, y debido a que con lo ocurrido recién todo me indica que hay algo de cierto en los nuevos, me veo en la situación de preguntar, aunque me resulte incómodo... Dígame ¿Qué es lo que pasa?
Suena horrible, y por más que me sorprende la pregunta entiendo que esté preocupado por su hermano, aunque es raro escucharlo hablar así.
—Lo de recién —comienzo a explicar— fué un malentendido. Yaki si fué anoche a buscarme para hablar, pero le dije que no era apropiado y que hablaríamos esta mañana, cosa que no sucedió.
—¿Y qué ocurre con el resto?
— No lo sé, entró apenas un metro y le pedí que se fuera, seguramente exageraron todo— suspiro. Esto complica más las cosas.
—Entiendo. ¿Es consciente de que sigue perjudicando la imágen de Wolfram? Me pareció bien que anulen el compromiso porque pensé que era hora de terminar con todo, pero ahora es incluso peor.
—¿Cómo?— es...
—Toda su historia y rumores sigue manchando la imágen de mi hermano, no es bueno para nadie, mucho menos para alguien de su posición; sin mencionar que también lo lastima.
—No es lo que yo quiero...— pero también me preocupa eso.
—Entonces ¿qué quiere?— pregunta diréctamente y un poco cansado. Tomo aire y lo expulso, justamente es lo que vengo pensando.
—Yo... quiero estar con él. No puede ser nadie más que él.
—¿Me está diciendo que ahora si quiere casarse con Wolfram?
