90 dias

Todo porque rias

La tarde llegó rápidamente y con ello una práctica intensa de espada con Conrrad  nuevamente. Fuí elogiado por mis instructores pues había mejorado bastante, eso me puso de mejor humor.

Para la cena se sentaron todos a la mesa, Cheri-sama, que había regresado no hizo mucho comentario respecto a lo ocurrido, lo cual resultó extraño.

-No puedo quedarme sin hacer nada- alcancé a escuchar que mi predecesora le susurraba en un volumen bastante alto a su hijo mayor.

No fui el único que la escuchó claramente, Wolf giró a verla y negó con la cabeza.

-Pero Wolfi, ya sé lo que dijiste pero estoy segura que las cosas no son así. ¿Cierto heika? Una mujer puede notar esas pequeñas brazas que se necesitan para encender toda una fogata – me perdí, no sé de que está hablando esta mujer.

-¿Ah?- si, claramente mi cerebro no entendió nada, me aclaro la garganta- ¿Perdón? No entiendo a que se refiere.

-Basta mamá- corta Wolf antes que la ex Maou pudiera responder- ya hablamos de esto- la sexy queen  no siguió hablando, pero demostró su falta de acuerdo con lo que sea que hayan hablado.

Solo me dediqué a comer y mirar de reojo a ver si pasaba algo.

-¿Wolf?- llamo a mi compañero en voz baja- ¿Qué es lo que pasa?

-Nada que necesites saber.

-¿En serio? ¿Ni siquiera puedes responder eso?- le digo quejándome de su actitud, me mira y suspira.

-Solo no está de acuerdo con la disolución del compromiso, eso es todo, le pedí que no hable del tema.

-Oh.

Ahora entiendo una parte, pero no voy a preguntar más. Se me ocurrió una idea, a ver si Wolf cambia esa cara.

-¿Wolf?

-¿Si?

-Hay dos palabras que te abrirán muchas puertas: “tire” y “empuje” –suelto el primero que recordé que podría llegar a entender, lo miro expectante y escucho una risa del otro lado, a Conrrad le pareció gracioso.

-¿Qué se supone que es eso?- me pregunta mi amigo para mi decepción.

-Un chiste Wolf – respondo.

-Es malo.

-A mi me gustó- responde mi padrino,- vi mucho de esas palabras en las puertas de la Tierra.

Ahí me doy cuenta que aunque pensé que era apto para todo mundo era más cultural de lo que pensaba, igual insisto.

-Tire y empuje Wolf, para abrir las puertas- hago la mímica con mis manos, pero nada, seguía mirándome como diciéndome “enclenque” con la vista, más no lo hace, hubiera preferido que lo diga.

-Mejor termina tu comida- Lo miro a Conrrad buscando apoyo y me levanta el pulgar.

Sigo comiendo, debe haber uno que le guste, hay demasiados alguno le tiene que causar gracia.

Al terminar de comer  comenzamos a caminar a nuestros cuartos, Conrrad me acompaña pues me recordó que nunca le di la tarjeta que le traje. Ya en el pasillo me aventuro de nuevo.

-Era un tipo tan pero tan feo que hacia llorar a las cebollas.- Nuevamente escucho la risa de mi padrino, pero nada del otro lado. Wolf me mira no entendiendo nada.- ¡Oh vamos! ¿Nunca pelaste una cebolla?- Wolf niega con la cabeza, pruebo con otro- Era un tipo tan pero tan alto que si se tropezaba el lunes y caía el viernes.

Se queda mirándome, escucho la risa contenida a mi espalda, yo sigo.

-Era tan, pero tan tan tan, que le decían campana.