Capítulo 6 ~ La cena.

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El restaurante era lindo. Había un cartel luminoso con una carita sonriente que decía "Welcome" en inglés. El local era cálido, cosa que se agradecía ya que fuera hacía mucho frío; también olía bien, lo que prometía buena comida. Yoongi y Hoseok se sentaron en una mesa en el suelo y la camarera les llevó bebidas y la carta.

Hoseok estaba más relajado ahora.

— Ha sido una semana muy larga — dijo de pronto Yoongi después de beber un poco de soju.

— A mí también se me ha hecho pesada — convino Hoseok. — Odio la época de exámenes casi tanto como en mis años de estudiante.

— Bueno, cuéntame... ¿Por qué te hiciste profesor?

Hoseok se quedó pensativo.

— Me encanta leer y me gusta analizar y comentar todo lo que leo. Quería transmitir mi pasión y mis conocimientos a más personas... supongo que esa era mi vocación. Puede sonar banal, pero quería compartir mi amor por la literatura con el mundo; aunque el mundo en este caso se reduzca a la universidad — concluyó riendo. Yoongi escuchaba y asentía. — ¿Qué hay de ti, hyung?

— Yo me especialicé en derecho porque es una carrera con buenas salidas profesionales. No soy avaricioso, pero me enfoqué en conseguir algo que beneficiara mi cuenta corriente. Estoy en la universidad porque el salario es bueno y me ofrece seguridad y tranquilidad. Además, alguien tiene que convertir en gente de bien a los holgazanes que tenemos por alumnos. Y cuando me harte, siempre podré entrar en algún bufete de abogados.

— ¿Siempre eres tan duro con todo el mundo?

— No soy duro. Soy exigente y honesto, no me callo lo que pienso.

— Pues has estado callado la mayor parte del camino hasta aquí.

— Tú tampoco has hablado mucho en comparación con todo lo que cotorreas normalmente con tus amigos en la sala de profesores.

— ¡Hyung, eres malo! — Hoseok le tiró una servilleta haciéndose el ofendido, pero no pudo evitar soltar una carcajada. ¿Sería que el soju estaba haciendo efecto tan rápido?

— Ya, eso dicen.

Para sorpresa de ambos, la conversación a pesar de ser trivial los animó y terminaron charlando sobre muchas cosas. Hoseok descubrió que a Yoongi le gustaba mucho la música y alguna vez quiso dedicarse profesionalmente a ello. Yoongi averiguó que a Hoseok le apasionaba bailar, pero nunca lo hacía en público. Aparte de eso, ambos tenían perros: Holly y Mickey.

Mientras Hoseok hablaba y reía, Yoongi le miraba y en su interior no podía evitar hacerse la misma pregunta una y otra vez:

¿Cómo es posible que un hombre como él, tan risueño y alegre, se haya fijado en alguien como yo?

Finalmente llegó la cena, que incluía chuletas, ensalada y ttaekbokki. Hoseok ya estaba relajado y Yoongi no parecía tan hostil como en la Universidad. El ambiente era agradable y los dos estaban a gusto, pero no era tarde para que las cosas se torcieran. El soju no ayudó en absoluto a Hoseok cuando el pelinegro volvió a mencionar los bombones.

— Hacía tiempo que no comía tanto chocolate — dijo. — No me gusta mucho el dulce, pero tus bombones estaban ricos.

— Eh... no son míos, son de la tienda.

— Ya lo sé, a lo que me refiero es que los bombones que me diste me gustaron.

Hoseok bajó la mirada a su plato, esperando que no se le notara mucho que se estaba poniendo nervioso. Era la hora: ahora Yoongi seguramente procedería a decirle que no le gustaba y podrían dar por concluido el tema de una vez por todas. Solo tenía que estar preparado para responder a alguna pregunta sin levantar sospechas que pudieran perjudicar a Jimin.

— Lo que decía la carta... ¿de verdad sientes eso por mí? — preguntó con franqueza.
Hoseok sintió que se le secaba la boca. Ni siquiera sabía con certeza qué decía esa carta. Carraspeó un poco y asintió con la cabeza sin mucha convicción. ¿Qué podía decir? Piensa, Hoseok, rápido...

— La escribí sin pensar demasiado, quizás me pasé un poco de la raya. Espero que no te haya molestado lo que ponía — añadió, recordando que Jimin había mencionado algo de una cama.

— El regalo me pareció muy tierno, la verdad. Y tú también, me pareces lindo.

¿Qué? Hoseok era muy expresivo y no pudo ocultar la sorpresa en su rostro. Miró el soju y las latas de cerveza en la mesa y se cuestionó si había bebido demasiado y estaba alucinando. Pero Yoongi estaba frente a él, tranquilo y sereno, diciéndole que le parecía lindo. Apuró el vaso y estuvo a punto de atragantarse con la bebida.

¡Esa no era la idea! Se suponía que Min iba a mandarle a la mierda, no decirle algo como eso. No estaba preparado para un escenario como ese. ¿Habría alguna cámara oculta por ahí?

— Hyung, yo...

— La verdad es que, todo lo que decías sobre mí en la carta, es también lo que yo pienso de ti — continuó, dejando de nuevo a Hoseok sin palabras. — Estos días he estado observándote, y ahora después de este rato contigo, estoy seguro de lo que quiero hacer. Lo estuve pensando y creo que no perdemos nada con intentarlo.

Hoseok miraba a Yoongi como si este le hablara en un idioma extranjero e incomprensible. ¿Qué pensaba de él? Jimin había puesto que era guapo pero ¿qué más? ¿Qué era "todo"? ¿Y qué quería intentar? ¡¿Ser pareja?! No, imposible.

— Hyung, esto es muy precipitado — contestó con una sonrisa nerviosa. — Yo pensaba que tú no... es decir, que yo no... A ver, que nosotros dos no...

— Sí, entiendo lo que quieres decir — dijo interrumpiéndolo. El castaño alzó las cejas, sorprendido otra vez. ¿Lo entendía?

— ¿Lo entiendes?

— Por supuesto. No esperabas que aceptara tan rápido porque no hemos hablado mucho a pesar de que trabajamos juntos en la universidad. Yo también creo que no nos conocemos lo suficiente.

— Sí, es exactamente lo que quería decir — convino Hoseok y por un momento creyó que al final Yoongi sí iba a mandarle a la zona de amigos.

— No te preocupes por eso — el pelinegro bebió un poco más de cerveza y miró a Hoseok a los ojos. — No hay prisa, podemos conocernos poco a poco. Y para tu información, no eres el único con una cama de dos plazas.

Hoseok notó cómo empezaban a sudarle las manos y recordó que Jimin había mencionado lo de la cama grande. No supo qué responder. Creía que Yoongi quería hablar con él para rechazarle, no esperaba tal giro de los acontecimientos.

¿Debía decirle la verdad en ese momento? No... le había prometido a Jimin que no le contaría que todo era un malentendido. ¿Quizás fuera mejor decirle que había cambiado de idea y ya no le gustaba? ¿O que estaba enamorado de alguien más? No, él no era la clase de persona que se enamora y desenamora en un día.

Dada la situación, no se le ocurrió nada mejor que seguir fingiendo. Hoseok era consciente de que se estaba metiendo en un gran lío...

Y ni siquiera tenía una cama de dos plazas.

— Qué bien, hyung.

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Malentendido [YoonSeok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora