Isabella || La Hermana de James Potter en el Prisionero de Azkaban

El Castigo

Durante los días que siguieron, en el colegio no se habló de otra cosa que de Sirius Black. Las especulaciones acerca de cómo había logrado penetrar en el castillo fueron cada vez más fantásticas; Hannah Abbott, de Hufflepuff, se pasó la mayor parte de la clase de Herbología contando que Black podía transformarse en un arbusto florido.

Habían quitado de la pared el lienzo rasgado de la señora gorda y lo habían reemplazado con el retrato de sir Cadogan y su pequeño y robusto caballo gris. Esto no le hacía a nadie mucha gracia. Sir Cadogan se pasaba la mitad del tiempo retando a duelo a todo el mundo, y la otra mitad inventando contraseñas ridículamente complicadas que cambiaba al menos dos veces al día.

-Está loco de remate -le dijo Seamus Finnigan a Percy, enfadado-. ¿No hay otro disponible?

-Ninguno de los demás retratos quería el trabajo -dijo Percy-. Estaban asustados por lo que le ha ocurrido a la señora gorda. Sir Cadogan fue el único lo bastante valiente para ofrecerse voluntario.

-Esto no puede empeorar mas- susurro Ariana.

Isabella los mira desde distancia, si algo así hubiese pasado cuando ella estudiaba seguramente se hubiese vuelto loca de tener que lidiar con Sir Cadogan para entrar a la sala común.

En esos días había estado ocupada buscando a Sirius Black, pero hasta ahora no había tenido éxito, en esos momentos ella deseaba tener el famoso mapa que creó junto con James, Sirius, Peter y Remus para poder encontrarlo. El problema es que Sirius lo perdió y jamás lo pudieron recuperar. Aunque sabía que no debía bajar la guardia porque no duda que haya sido encontrado y alguien lo esté usando en esos momentos, por suerte tomó medidas para eso.

Escucha un ruido diminuto, voltea y ve a dos de sus criaturas, las toma y ambas caminan por sus brazos hasta llegar a sus hombros y le susurran en el oído.

-Conque aun sigue- dijo con malicia-, con todo lo que pasó lo había olvidado- agarrandolos y los pone en el suelo- gracias- ambas criaturas

Las criaturas corren a las sombras desapareciendo e Isabella camina con tranquilidad

Con todo lo que pasó incluso olvidó el castigo para un estudiante, pero con lo de Sirius Black y alejando a los profesores y a Percy Weasley de Harry con excusas de acompañarlo por los alrededore creando excusas de que alguien los está buscando, terminan quejándose cuando descubren que es mentira pero a ella no le interesa.

-Profesora White

Isabella voltea y mira a la profesora McGonagall acercarse.

-Profesora McGonagall, ¿Puedo ayudarla?, no me diga que ¿Permitirá a Harry ir a Hogsmeade?

-Nada de eso, me han informado que usted aleja a los profesores de Potter cuando tienen la indicación de vigilarlo.

-Si, se me hace una completa tontería

-¿Tontería?

-Si, me parece una tontería acompañar a Harry como si fuese niño chiquito, cosa que no es, además, no hay nada de qué preocuparse.

-¿Nada por qué preocuparse?- pregunto incrédula- Dumbledore me dijo que la familia White está tras Sirius Black, seguramente saben lo que hizo.

-¿Lo que hizo? o ¿Lo que no hizo?- preguntó, la profesora McGonagall la mira confundida-, me sorprende de verdad profesora, creí que usted lo conocía pero se ve que como todos se guiaron de lo que leyeron o escucharon en vez de recordar, que pena me da- dijo decepcionada para después irse.

La profesora McGonagall la sigue confundida con la mirada sin poder olvidar lo que Isabella dijo.

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