Capítulo VIII

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Al salir del despacho este comienza a caminar a otra de las puertas que estaban a tres de distancia del despacho de su jefe, esta puerta en especial tenía otro nombre el cual era calderas. Al ingresar a la sala de calderas se puede apreciar una gran caldera de color gris metálico mientras que frente a ella había una bolsa de basura negra.

Este encapuchado se acerca a esa bolsa de basura para ver en su interior. En esa bolsa de basura estaba el cuerpo de Eric todo lleno de apuñaladas, la sangre inundaba la bolsa con ese rojizo fuerte. Este comienza a levantar con sus manos aquella bolsa para luego colocarlo sobre su hombro.

El encapuchado sale de la sala de calderas mientras llevaba consigo la bolsa de basura. Camina lentamente por el gran pasillo que lo llevaría a un restaurante de comida china. Este comienza a subir con la bolsa unas escaleras que separaban el pasillo con el restaurante.

Este al finalizar la subida ingresa al local de comida por la puerta que se encontraba al final de aquellas escaleras. Esa puerta lo llevaba a la cocina dónde se encontraban varias personas de aspectos orientales que estaban trabajando.

–¿Walker? –comenta un mesero que entraba en aquel lugar para que el encapuchado asintiese -acompáñame-.

El mesero pedía unos minutos para hablar con el encapuchado para que este acompañará al exterior de la cocina. Al salir de la cocina se encontraban con el callejón de aquel restaurante para que finalmente esta persona comenzará a hablar.

–¿Qué es lo que tienes ahí? –comenta confundido aquel hombre oriental para que el encapuchado colocara el dedo índice para que hacer el sonido de silencio.

–Es un cadáver, no siguió las ordenes por lo que tuve que deshacerme de él, necesito que lo puedas dejar en un callejón lejos del restaurante, nadie debe saber que él cadáver ha venido de este lugar, ¿entiendes? –comenta el encapuchado, esto era asentido nerviosamente por aquel mesero.

–Mao Chang –comenta el mesero presentándose –si necesitas cualquier cosa sabes dónde encontrarme –comenta el oriental en el momento en que el encapuchado dejaba la bolsa de basura para que este encapuchado comenzará a asentir ante lo comentado por el oriental.

–Bueno, debo irme a una junta –comenta viendo que ya se estaba haciendo de noche.

Mao toma la bolsa de basura y se va por el patio del restaurante para caminar a algún callejón lejos de aquel restaurante. El encapuchado entra en el restaurante para salir de la cocina. Se acerca a la puerta de aquel lugar.

En las afueras del restaurante este baja las escaleras que lo separaban con la vereda para que este mirará finalmente el nombre que tenía este restaurante. El nombre era ''City Lights of China'' en un letrero de color azul en el cual también se podía observar encima del aquel nombre la sombra de una ciudad.

El encapuchado finalmente se sube a un taxi para que este le dijera la dirección del lugar, al instante el taxista comenzara a manejar. El encapuchado rápidamente saca de sus bolsillos el frasco de pastillas en su bolsillo, saca una pastilla y rápidamente se da cuenta que no tenía ninguna botella de agua.

–Disculpe no tendrá una botella de agua que me preste, tengo que tomarme esta pastilla y necesito agua, es muy necesario –comenta el encapuchado para que la persona que estaba de taxista asintiese rápidamente.

Este taxista toma una botella de agua que tenía en su lado de conductor para que este se lo pasara al encapuchado, al instante el encapuchado mete la pastilla en el interior de su boca para abrir luego la botella de agua que le paso el conductor del taxi para luego introducir un poco de agua en la boca para que este finalmente pasara la pastilla en su interior.

–Muchas gracias –comenta el encapuchado devolviendo la botella de agua al taxista mientras este último solo asentía.

–¿Qué problema tiene amigo? –comenta el taxista dejando la botella de agua en el lado de la puerta.

–¿Cómo dice? –pregunta el encapuchado quien estaba mirando el exterior y no había comprendido la pregunta del taxista.

–Que ¿Qué problema tiene amigo? –volvió a reiterar el taxista esta vez haciendo que el encapuchado se acomodara en el taxi.

–Fibrosis Quística –esto lo dice después de unos minutos de silencio para que el taxista le mirara sorprendido a través del retrovisor del auto.

–terrible –comenta el taxista en el momento en que llegaban al 2050 M Street–, hemos llegado.

El encapuchado saca de sus bolsillos su billetera para sacar tres billetes de un dólar.

–Aquí tiene –le dice el encapuchado al taxista entregando los tres dólares–, quédese con el cambio –comenta el encapuchado dejando sorprendido al taxista.

El encapuchado abre la puerta del taxi para luego bajarse y cerrar con mucho cuidado aquella puerta. En aquel lugar había una gran cantidad de edificios de oficinas que en esta vez tenía un gran muro de cortina de vidrio curvo de once pisos.

El encapuchado ingresa en aquel edificio para darse cuenta que había cuatro personas esperándolo. Este se acerca a paso lento pero seguro acercándose cada vez más a estos hombres que tenían mascaras blancas ocultando lo que era su rostro.

–Hola –comenta de pronto el encapuchado que llegaba con ellos para que estos se quedaran confundidos al escuchar la voz de este encapuchado.

–No eres él –comenta uno de ellos que se acercaba al encapuchado y lo tomaba de las solapas del abrigo que tenía este encapuchado.

–No, no lo soy, vengo en representación de él –comenta dejando que las otras tres personas que estaban viendo aquella escena se quedaran mirando.

–Suéltalo ya, es uno de los nuestros –dice uno de ellos para que la persona que le tenía tomado de las solapas lo soltará.

En ese breve instante comienza a ajustarse el abrigo para que aquella persona se acercará a las otras tres personas.

–¿Bueno por qué no nos acompañas? –comenta el que tenía un acento ruso.

El encapuchado asentía con honores ante lo dicho por aquel hombre para que este rápidamente comenzara a caminar con sus otros compañeros que lo acompañaban, el encapuchado los veía alejarse un tanto para que este luego los comenzara a seguir a ascensor.

Al ingresar a ese elevador, una de las personas que tenían mascara blanca acerca uno de sus dedos a uno de los botones de ese elevador, el botón en específico era el número diez antes de la terraza.

El ascensor se cierra con rapidez haciendo que este comenzará a subir con velocidad llegando al destino en breves segundos. La puerta de metal del ascensor comienza a abrirse después de escucharse el pitido de llegada a la planta.

Estos hombres salieron en conjunto con el encapuchado, quien veía que estos hombres lo llevaban como si fueran guardaespaldas, el mismo se parecía importante, pero no debía estar todo el tiempo mirando porque ya estaban llegando a la oficina.

–¿Nos esperas un momento? tenemos que arreglar algunas cosas –comenta una de las personas que estaba con ellos, pero este encapuchado se da cuenta que esta voz en especial no era de un hombre sino de una mujer.

El encapuchado se queda viendo a las cuatro personas que estaban con mascara blanca para que finalmente el asintiese ante el pedido de aquella mujer. Una de las personas saca de sus bolsillos un manojo de llaves para acercarse a la puerta e introducir la llave que había encontrado, esta llave tenia forma circular con una carita sin boca.

Aquella puerta de oficina comenzaba a abrirse para que los cuatro con máscaras blancas ingresaran cerrando la puerta detrás de ellos mientras el encapuchado veía un poco lo que era la oficina desde el exterior.

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