─ OO4.

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— Llamaré a Jieun en cuanto llegué a casa, así que no te preocupes por ella

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— Llamaré a Jieun en cuanto llegué a casa, así que no te preocupes por ella. — sonrió Yujin, en el borde de la acerca mientras que lo miraba alegre.

Hansol la miró con una expresión vacia mientras aguantaba a Alex con uno de sus brazos, quién todavía se tambaleaba de un lado a otro.

— Está bien. — fue lo único que salió de sus labios.

— Nos vemos, Han. Descansa. — sonrió la fémina y comenzó a alejarse por la acera.

Hansol sintió una presión en su pecho. No sabía si estaba haciendo bien en dejar a Yujin volver sola a esas horas, pero ahora no podía hacer nada.

Suspiro y agarró bien al chico de su lado para ayudarlo a entrar en su desolada casa.

Miré el techo de mi habitación, no tenía nada de interesante, pero por alguna razón no podía sacar mis ojos de ahí

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Miré el techo de mi habitación, no tenía nada de interesante, pero por alguna razón no podía sacar mis ojos de ahí.

¿Por qué Jay se negaba a ir al festival de la escuela? Y aún peor: ¿por qué negaba su regreso?

Solté un suspiro pesado, tal vez —solo tal vez— estaba siendo muy entrometida. Era un asunto de Jay, alguien que —hasta día de hoy— no es mi amigo.

Pero la curiosidad consumía cada parte de mi cuerpo, no entendía el porqué, pero Jay era totalmente misterioso e interesante en mi mente.

Sobre todo después de haber visto sus ojos vacíos. ¿Estaba él bien?

No parecía encontrarse mal, pero en aquel momento... En cuanto sus ojos oscuros se posaron sobre los míos... No se sentía como si todo estuviera completamente bien.

Debía dejar de pensar tanto en aquello, me estaba consumiendo demasiado.

Mi teléfono comenzó a sonar.

Gracias, seas quién seas, por salvarme de este tsunami de pensamientos.

Me levanté y extendí mi mano hacia el aparato que no dejaba de vibrar sobre mi mesita de noche.

Leí el nombre y suspiré. ¿Que querría Yujin tan tarde?

— ¿Si? — pregunté esperando respuesta del otro lado de la línea.

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