─ O19.

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nose,,, perdí los separadores

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nose,,, perdí los separadores

Jieun revisó su teléfono varias veces antes de darse por vencida, eran las tres de la madrugada y Jay no le había escrito ningún mensaje. Cuando se despidieron en frente de la casa de los Jang, el pelinegro le había dicho que le escribiría cuando llegara a la suya, ¿acaso todavía no había llegado? Se sintió un poco traicionada, pero se puso en la mejor de las situaciones pensando que habría tenido algún problema con su padre —seguía sin ser realmente bueno— o que simplemente estaba muy cansado y se había quedado dormido. A falta de sueño la pelinegra se deslizó por su cama hasta que sus pies tocaron con el frío suelo. Mientras se levantaba del colchón pudo oír algunas voces en la parte de abajo de la casa y pensó que sus padres o su hermana aún estaban despiertos. Sin tardar mucho caminó hasta la puerta de su habitación y la abrió lentamente con la intención de no hacer demasiado ruido, pues a pesar de que había alguien despierto era muy posible que el resto estuviera ya en sus propias camas. A medida que sus pies descalzos tocaban los fríos escalones, sus oídos se agudizaban y conseguía escuchar algo de lo que venía de la planta de abajo. Era una discusión.

La Jang bajó los escalones que restaban lo más rápido que pudo, casi tropezandose con sus propios pies. Pues si había algo que conocía bien eran las voces de sus propios padres y sabía con certeza que ellos dos eran los propietarios de aquel jaleo. Jieun no sabía si corría porque la curiosidad la poseía o porque sentía un instinto de ir rápidamente, algo que le molestaba en el pecho y que le decía que debía llegar rápido. Caminó rápido por todo el salón a oscuras, viendo que la fuente de luz venía de la cocina. A largas zancadas llegó hasta la puerta de la cocina, asomando su cabeza vagamente por ella. No es que quisiera espiar o que sus padres no se percataran de su presencia, pero es que conforme fue avanzando por la sala, no solo escuchó gritos; también sollozos. Jieun parpadeó varias veces ante la escena que sus ojos estaban presenciando. Su madre lloraba desconsoladamente en frente de su padre firme y amenazador. Jang menor tragó saliva mientras observaba como su padre parecía totalmente distinto mientras que le gritaba cosas sin sentido a su pobre esposa, que se encogía en su lugar y gritaba de vez en cuando una respuesta. Lo peor de todo, lo que hizo a Jieun alejarse casi corriendo de la puerta, fue cuando en una de esas respuestas una bofetada dura y sonora cayó sobre la mejilla de la fémina.

Jieun no supo como calmar su respiración, empezaba a descontrolarse. Por unos segundos solo escuchaba los latidos de su corazón. Sabía que acababa de contemplar un escenario de violencia machista, no era tan estúpida como para no entenderlo. No obstante no sabía bien como reaccionar ante eso. En la burbuja de la vida perfecta de la familia Jang, nunca hubo sitio para la posibilidad de que su madre fuera golpeada por su padre. A decir verdad Jieun sí había visto algunos morados en su madre, pero nunca demasiado graves. Además su madre siempre desviaba el tema cada que se le preguntaba. Y Jieun nunca pensó que su padre pudiera hacer algo así.

Pasaron unos minutos en los que Jieun siguió pensando que hacer. Si entraba, ¿le pegaría a ella también? ¿Sería peor? Pero debía de acabar con eso, su madre no podía seguir siendo golpeada. ¿Y si llamaba a su hermana? ¿Debía dejar a su madre a su suerte mientras subía a buscarla, despertarla, explicarle todo y que ella bajara? ¿No complicaría más las cosas? ¿Y qué podía hacer su hermana?

parents › p.jongseong. ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora