Todo el cuerpo de la fémina se tensó al escuchar lo que el pelinegro le había dicho.
Todo adolescente conocía lo que era SeúlM. Era una de las pandillas más grandes de su ciudad, conformada por chicos de secundaria. El hecho de que podrías encontrartelos en cualquier lugar ya te daba escalofríos. Habían muchos rumores, los más populares hablaban de que eran mucho más fuertes que los chicos universitarios y adultos. Hablaban de que uno de sus chicos de alto comando era invencible y que todos los demás podían dejarte inconsciente con solo un golpe.
Además de eso se hablaba mucho de que eran bastante silenciosos, capaz compartías clase con uno de los miembros y ni lo sabías. Son famosos por meterse en peleas con mucha, mucha gente, en descampados o zonas en donde la policía no suele estar.
Y eso daba mucho miedo.
O al menos así lo pensó Jieun a quien le temblaban las piernas con el solo hecho de estar delante de uno de ellos.
SungHoon soltó una risa.
— ¿Qué te pasa? No te voy a matar.
La pelinegra no supo como contestar. La verdad es que todavía estaba algo sorprendida por el hecho de que había subido a la moto de uno de los miembros de SeúlM.
Por unos segundos intentó pensar que mierda debía significar ser el líder de la segunda división. Nada se le pasaba por la mente.
Pero de todas formas aquello la asustaba.
— ¿Realmente Jay no te dijo nada? — preguntó al ver la reacción de la chica, con un tono molesto. — Ese idiota, él sabía que tarde o temprano esto pasaría y de todas formas lo dejó...
— ¿Qué es ese ruido? — interrumpió la pelinegra.
Los dos se quedaron en silencio por unos segundos y cuando SungHoon lo escuchó, no pudo evitar dejar ir una sonrisa ladina.
— Parece que todo ha salido bien. Incluso más rápido de lo que pensaba.
Antes de poder contestar los ruidos se hicieron mucho más fuertes y al mirar detrás suyo, Jieun pudo ver una masa de motos acercarse hacia ellos por la carretera.
— Esto no puede estar pasando... — murmuró sin apartar la vista de los casi veinte adolescentes que se acercaban hacia ellos.
Al escucharla SungHoon dejó ir otra sonrisa, para después pasar un brazo por los hombros de la más baja y acercarla a él.
Jieun no tuvo tiempo a reaccionar cuando las motos pararon en donde la moto de SungHoon. Menos una, que paro justo delante de ellos. Los dos chicos que iban subidos se quitaron el casco y Jieun pudo observar las dos melenas pelinegras.
— Sana y salva; ves. —SungHoon señaló a la chica que estaba acercando a él con su brazo.
Jieun tenía demasiados sentimientos alborotados y no sabía si ver la melena negra de Jay los calmaba o los alteraba más.
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parents › p.jongseong. ✔
Fanfiction₍ haría lo que fuera por ayudarte a espacar. ₎ 𝗧𝗢𝗗𝗢𝗦 𝗩𝗘𝗡𝗜𝗠𝗢𝗦 de diferentes lugares, con nuestros respectivos pasados y nuestras malas rachas. Jay Park era un adolescente que nunca antes había sentido que tenía un hog...