─ OO5.

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— ¿Jay Park? ¿Qué hace él aquí?

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— ¿Jay Park? ¿Qué hace él aquí?

Dejé de chillar y miré hacia la puerta del salón, sin levantarme de encima de mi amigo y sin soltar las manos de Alex.

Quedé estupefacta al verlo allí parado. Nuestras miradas volvieron a cruzarse. Pero esta vez fue Jay quién la apartó rápidamente.

Con un semblante duro caminó hacia su mesa, seguramente porque todos estaban hablando y murmurando sobre él. Me sentí un poco mal.

— Que extraño, ¿por qué faltó por tanto tiempo? — susurró Yujin, hacia nosotros. Y así fue como devolví la atención a mis amigos.

Tal vez tiene algunos problemas...

— El profesor dijo que estaba enfermo. Tal vez es una enfermedad grave. — especuló Alex, susurrando también, como quién cuenta un chisme.

— ¿Qué importa? — interrumpió Hansol y me sentí aliviada de que cambiara el tema de conversación. — Lo importante ahora es como estas pensando en fiesta después del sábado, Chanhee.

Me tensé al escucharlo. Lo acababa de llamar por su nombre coreano.

Algo no iba bien.

Por suerte el profesor llegó y tuve que levantarme del regazo de Yoon, para caminar de nuevo a mi lugar. Aunque pude ver a la perfección la mirada vacia de Alex hacia Hansol en cuanto pronunció aquellas palabras.

Miré la máquina expendedora con algo de indecisión

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Miré la máquina expendedora con algo de indecisión. ¿Leche de fresa o leche de banana?

No se puede elegir entre dos grandes maestras.

— Lo siento, leche de banana. — pasé una mano por la vitrina de la máquina. — La leche de fresa te gana. — introducí una por una las monedas en agujero del dinero.

Luego pulsé el botón para que la leche de fresa cayera hasta mis manos, pero... «¡Dinero insuficiente, por favor ingrese: 0'5 más. »

— ¡¿Qué!? — chillé, mirando la máquina con una leve expresión de lamento.

¿Qué iba a hacer sin mi leche diaria?

— Aquí. — escuché detrás de mí y un brazo se extendió a mi lado, con la moneda justa en su palma.

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