IV

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Siguió por detrás a Brad junto con sus compañeros, Clayton se sentía algo mal por no saber bien los nombres de los demás. Prefirió preguntar de una vez antes de que le muestren el sitio escondido.

¿Puedo saber sus nombres?

— Eres algo lento estúpido, ¿nunca te enseñaron a hacer amigos?

— Creo que no se puede comparar un jardín de niños con este lugar

— Yo me llamo Frog — intervino el regordete quien se puso a su lado — El hueso ese es Marco y el pelirrojo Tim

— No me llames "hueso" 

— Pero si eso pareces

— Oye no es mi culpa que mi complexión sea delgada y además la poca comida hace que me veía así pero aunque no lo creas soy muy atlético

— Tanto que ninguna chica te habla — Esta ocasión fue Tim quien respondió.

< Parece que no son malos tipos > — Pensó Clayton.

Continuaron el paso entre callejones, Brad paro de caminar y se fijó de adelante hacia atrás checando que no haya muros en la costa, luego de eso tomo una bolsa de basura del suelo y la levanto entre sus hombros.

¡Rápido entra antes que alguien nos vea!

— ¿Como supones que entre sí solo levantaste...? — Clayton se acercó, quedó sin palabras al ver un pequeño hueco con una bajada medio inclinada que daba hacia la negrura.

Empújalo Frog, que nos hará perder el tiempo este hombre

— Con tú permiso Clayton — Le dio una patada lo suficiente como para hacer que el chico cayera hacia adelante introduciéndose.

Por un momento se asustó y pensó que era una trampa de esos chicos pero al terminar de deslizarse chocó contra el suelo. Levantó la cabeza y ver una pequeña habitación medianamente iluminada con tan solo una mesa y cuatro sillas, en el fondo un televisor viejo pero destruido de la pantalla.
Los chicos bajaron en seguida uno detrás de otro sin caer encimados ni nada de eso, la bajada la tienen muy entrenada eso es seguro.

Para subir es fácil, no es tan complicado como de lo que se ve — Dijo Brad para irse a tomar asiento — Puedes quedarte un rato si deseas pero no es posible todo el día o comenzarán a buscarnos los demás habitantes

— Aún para mi es algo increíble asimilar lo que está pasando, ¿cada año los matan?

— Cada año sin falta pero hey, al menos solo son cinco y no toda la gente

— ¿Por que nos harían algo así?, ¿que ganan ellos con matar a su propia gente?

— Si lo supiéramos ya te lo hubiéramos dicho, ¿no?

— ¿Y ya han intentado...

— Escucha, lo que se te ocurra ya lo hicimos. Toda la mierda rara de tú cabeza ya fue hecha

— ...

— Se que intentas buscar una solución pero no la hay, las únicas opciones es seguir aquí o morir en el sacrificio

— Y aunque hubiera una salida, ¿quieres luchar contra robots y soldados? — Tim se unió a la conversación — Y olvide decir sobre salir afuera, todos conocemos que afuera ya no es un sitio bonito.
Es peligroso, muy peligroso

— Descansemos y volvamos arriba — Brad se recostó en la silla para tomar una siesta. 

Clayton entendió lo que quisieron decir y igual se fue a dormir en un rincón con sus pensamientos yendo de un lado a otro, intentado asimilar su nueva vida en este sitio llamado Atlantia.

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Tuvo un recuerdo de cómo era el exterior antes de ser metido a la ciudad.
Los océanos se hicieron verdes y con olor podrido, los árboles se fueron tornando amarillos y el sol era cada día más caluroso. Las noches aún se mantenían tranquilas.

Recordó a dos personas pero sus nombres y caras permanecen borrosos, su hermano que es solo cinco años menor que Clayton y recordó a...¿su pareja?
No sabe si lo era pero de tan solo ver su silueta le entra una preocupación de que le paso a ella. Ojalá esta bien, eso piensa.

Atlantia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora