Atlantia

XIX

El hombre conocido por Otto se encontraba en los túneles de Delment. Hace unos meses se terminaron los otros dos por lo que este es el último para comenzar a alojar a la gente en las ciudades. Sus compañeros Matthew y Lifer han sido bastantes estrictos con los tiempos para terminar las muchas actividades para Atlantia.

Otto pasó su mano por los muros fortalecidos, sonrió ante el extraordinario trabajo de sus obreros. Escucho el eco de unas voces descansando un rato para luego proseguir.
Fue hacia ellos para ver si se encontraban bien, él se sentía orgulloso de esos hombres dando su tiempo y esfuerzo para algo tan grande y hermoso. Uno de esos hombres era más sorprendente. Un chico joven quien seguía picando para abrir paso.

— Deberías descansar como todos tus compañeros

— Aun tengo energía señor Otto, déjeme continuar

— A veces también se debe descansar

— Lo se pero me siento bastante entusiasmado es como si estuviera construyendo un nuevo futuro para mis compañeros y para mi

Otto volvió a sonreír, sin duda un joven interesante.

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Meses después

Otto le mostró a Joel un hueco el cual taparían con un tono diferente para que supiera que ahí es el lugar donde guardan lo necesario.

— ¿Está seguro de esto señor?

— Estuve ciego...todo este tiempo he estado cegado pero esa máquina me ha enseñado lo monstruoso que va ser esta ciudad. Debemos largarnos

— ¡Pero...a donde iremos!

— Eso es lo de menos escucha, esta noche nos vamos. No le digas nada a nadie
¿Entendido?

— Yo...yo no estoy seguro pero lo seguiré a donde sea

— Bien debo ir por mi familia, ¿tú no llevarás a nadie?

— No tengo a nadie importante a quien llevar

— A las doce no lo olvides

Ambos se separaron sin imaginar que sería la última vez que se verían como amigos. 

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La niña lloraba, su madre pedía piedad. Delante de sus ojos eso era tan doloroso. ¿Que clase de personas están dispuestas a hacerle eso a una inocente familia?
Es terrorífico.

— ¡¡Déjenlas yo tomaré su lugar!!

Los soldados escoltaron a los tres a unas celdas en Vermout. Hasta hicieron celdas que horrible organización.
Uno de los líderes entró en la celda de Joel. Tan sereno, una cara en la que confiar pero Joel ya no se sentía tan seguro.

— Eso que hiciste fue valiente así que aceptamos tu oferta. La madre y hija vivirán en Gronno mientras que tú irás a Delment.
Además te damos derecho de verlas unos minutos para despedirse

— ¿Que pasará con mi futuro?

— No podemos permitir que la gente haga lo que les plazca, eso hará que tengamos otra guerra. Créeme estarás bien — Apretó el hombro de Joel como si fuera un padre despidiendo a su hijo.

Eso lo tranquilizó, seguramente vivir ahí no es tan malo...pobre de ese chico al asegurar eso.

Luego lo amarraron en una camilla donde un doctor tenía en sus manos aparato extraño con una afilada punta con un cable para conectar.

— En sesenta segundos se calentará el dispositivo por lo que estaremos listos para marcarlo.
¿En qué zona gusta que lo hagamos doctor Matthew?

El hombre sereno de hace rato dio las indicaciones cuando esa punta caliente tocó el cuerpo de Joel, él gritó suplicando que pararan agitándose en la camilla.

— ¡¡¡POR FAVOR PROMETO QUE NO VOLVERÉ A CAUSAR PROBLEMAS PERO DÉJENME DE HACER ESTO!!! — Rugió cuando sus lágrimas brotaron mirando a Matthew quien no se inmutaba. Solo miraba.

— Lo lamentó joven Darcy espero entiendas que esto lo hacemos por el bien de Atlantia

Vino la marca, luego de la marca el dolor y la humillación. Dejar de ser un hombre con un futuro prometedor a un pobre diablo sin valor viviendo en la basura. Sin derecho de salir adelante. Sin derecho de tener una vida normal.

Lo dejaron tirado en una de esas mugrientas calles aún con la marca rojiza y palpitante.
Todo fue culpa de Stardust...siempre será culpa de ellos el haberlo arrebatado de un brillante destino.

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Lifer recobró la conciencia luego de perderse en sus pensamientos. Miro la pantalla de su computadora para luego apagarla.
Se talló los ojos pidiendo un descanso lo que seguramente va a hacer en estos instantes pero una llamada de su televisión lo impediría.
Automáticamente la pantalla reveló la imagen de un soldado detrás de una puerta de hierro.

— Hemos capturado uno de los que intentaron ir a otro distrito, díganos qué hacer doctor

— Muéstrenme a la persona

— Si doctor — El soldado cambió la cámara hacia la de la habitación.

La habitación era parecida a la de los psiquiatras solo que sin las almohadillas de los alrededores y con tan solo una cama en el fondo. En esa cama estaba alguien sedado.

— La hemos reconocido como Vanessa Lyons

— Interesante muy interesante pero, ¿y los otros dos?

— Joel Darcy muerto mientras que Clayton Greco es muy probable que consiguiera llegar a su distrito

— Vayan por él pero háganlo con cautela como lo hicieron con los otros en Gronno, no quiero problemas en ese asqueroso sector

— En seguida doctor

La pantalla se apagó y Lifer se recostó en la silla para tomarse una siesta. — No van a retrasar el sacrificio eso jamás.
Ya solo faltas tú