VI

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Finalmente llegó el día y desde muy temprano la gente fue a esconderse en donde pudieran para evitar ser atrapados.
Todas las calles permanecieron en completo silencio, como si fuese un pueblo fantasma.

De pronto el sonido de un helicóptero inundó todo el sitio, luego las pisadas de mucha gente en completa sincronía uno tras otro sin perder el ritmo.

Clayton yacía con Brad y los demás abajo en el escondite guardando silencio escuchando el rugir de la aeronave. Luego se comenzó a oír a una persona.

¡Ayúdenme por favor quien sea!

Clayton iba a mover su cuerpo pero Brad lo frenó, habló con casi un susurro pero lo suficiente para que lo oyera.

No salgas es una trampa

¿Y si es alguien que DE VERDAD necesita ayuda?

Hazme caso Clayton nosotros ya sabemos cómo opera esta gente no por nada seguimos sobreviviendo a estos días de recolección

¡¡Auxilio!!

¡No puedo quedarme aquí mientras alguien esta tan cerca desesperado!

¡¿No me oíste?!, ¡no vayas pedazo de...!

Ya no escucho aquello por qué salió con rapidez del lugar para apoyar aquel chico que pegó tal grito desgarrador.

Al salir miro por ambos lados pero no había ningún rastro de él, cuando volvió a ver al lado izquierdo aparecieron dos soldados vestidos de blanco de pies a cabeza y con una máscara negra que les tapa toda la cara.

Sin dudarlo corrieron con armas en mano hacia Clayton, pensó en volver al refugio pero si lo hacia sus amigos (si pueden llamarse así) serían capturados por no hacerles caso. Por lo que no quedó de otra que correr hacia el lado contrario en busca de otro nuevo escondite.

¡Tenemos uno en la sección veinticinco, pueden seguir buscando los restantes! — Mencionó un soldado por un radio que sacó de su pantalón.

Clayton en pocos días ya ha tenido un desgaste físico de tanto correr, el poco alimento que le dan y el agua con sabor extraño tampoco es de ayuda. La cabeza le comenzó a dar punzadas y sus pies tambaleaban.
No aguantaría mucho más.

Salió de los callejones para dar con la zona abierta donde se ha acostumbrado a llamar hogar. Muchos soldados golpeaban las chozas y destrozaban lo poco que queda de las casas, gente gritaba o salía corriendo como él lo hace.

En el helicóptero ya habían dos personas el anciano que ayudó el día anterior y una chica, seguramente la nieta de ese hombre.

A su lado derecho un soldado llevaba a la fuerza otro hombre con un golpe en la cabeza y la mirada baja.
Clayton me volvió a correr alejándose de ese sitio que no es seguro. Fue hacia lo que antes era un patio trasero de un hogar.
Observó que solo había un hueco donde tiene que estar una ventana, dio un salto y entró a arrastras a la casa.

Miro al fondo en las sombras donde al menos diez niños asustados y temblorosos los observaban y una chica, pero ella tenía un cabello blanco como la nieve y un rostro suave además de ser linda.

A-Aki...¿e-ese señor nos hará daño? — una niña de coletas abrazó a la chica queriendo llorar. 

No para nada, él solo quiere...esconderse como nosotros u pronto se irá

Clayton no sabe si decir algo, irse de ahí o quedarse callado. De pronto una sombra paso detrás de ellos, era un soldado de Stardust se quedó parado mirando unos segundos por la ventana pero los ignoro y siguió el camino. Este acto hizo que Clayton fuera nuevamente a arrastrar con cautela hacia la ventana para saber por qué no entró para llevárselos, la respuesta era simple.
Ese hombre tenia a Marco inconsciente arrastrándolo.

Por unos instantes pensó en quedarse ahí y que todo pasara pero el remordimiento de imaginar que ese chico moriría fue suficiente para salir de la casa y correr para salvarlo.
Sin cautela llego y le dio un golpe en la cabeza al soldado, este cayó al suelo con un quejido y giró la cabeza para verlo.

Esa máscara negra era demasiado intimidante pero no se hecho para atrás y se abalanzó para quedar encima de ese tipo y seguir dándole una tunda en la cabeza pero el casco era una protección suficiente.
Dos soldados llegaron y sin perder tiempo le dispararon un dardo que se le clavó en el pecho.
Su corazón se detuvo un momento, se cayó y su vista se fue nublando al igual que las voces

Deja a ese y llévate a este mejor, suficiente valor tiene para desafiarnos y quiero verlo morir

Y así sus ojos se hundieron en el silencio y la oscuridad.

Atlantia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora