Atlantia

XXIV

Los ruidos de la gente hablando y varias pisadas en el alrededor lo han hecho despertar. Parece que también hay gente gritando, eso lo pone más tenso.

Clayton fue a la puerta para intentar moverla pero es inútil solo es posible hacerla ceder estando del otro lado. Ya no quiere ni va intentar conciliar el sueño ahora lo que es de su importancia es saber que está ocurriendo afuera.

Escucho el sonido de disparos al aire y en seguida golpazos en la puerta. Él se hizo para atrás cuando de un fuerte impacto la puerta salió volando hacía él, por suerte logró quedarse en una esquina y esquivar un posible golpe peligroso.
Y entonces aparecieron cuatro soldados de Stardust, ese traje blanco y aquella máscara con ojos negros no los podrá olvidar. Uno de ellos sacó un móvil para ponerse en contacto con quien sabe mientras que uno lo esposaba y los dos restantes apuntaban su arma hacia la cabeza.

— ¡Vámonos ya!

El soldado que lo puso las esposas le dio un golpe en la nuca, Clayton cayó de rodillas pero fue obligado a volver a estar de pie para llevárselo fuera de la cúpula, fuera de Delment.

En la calle se veía como otros soldados entraban a lo que queda de los hogares para llevarse alimentos, ropa o otros objetos de valor. Lo poco de valor que aún conservaban.
Una fuerte voz a la lejanía se escuchó, debe estar hablando en una bocina o algo parecido.

— ¡¡Por órdenes de Stardust se dicta toque de queda a partir de las cuatro de la tarde, quien se atreva a desobedecer será ejecutado en seguida.
Esta ley terminará en una semana!!

Un automóvil sin techo de un color verde amargo se frenó delante de Clayton. Un soldado lo tiro para que se cayera en los asientos traseros y enseguida los cuatro se subieron.

— Salgamos de aquí que no quiero que se me pegue lo mugriento de este sitio

— Pónganle un sedante al prófugo

— En eso estoy

Clayton al oír la palabra sedante se giró a uno de los soldados y cuando lo hizo este le pinchó una aguja en el hombro, en un segundo se la retiró y le propinó un golpe en la mandíbula.

No supo si fue por el sedante o por ese golpe de gratis pero la vista de las casas y la gente se hizo más borrosa, hasta pudo jurar que en sus últimos momentos estando consciente vio a Brad corriendo al automóvil con una cara de preocupación, seguro solo fue una alucinación...

Si solo fue eso...

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Clayton y su hermano pasaron casi toda su adolescencia en ese nuevo refugio con la mujer que los acogió pero a Clayton esto ya no era lo que quería, él quería una vida más plena una vida donde finalmente pueda sentirse feliz. Hace unas semanas se rumoreaba que los pocos gobiernos restantes se han decidido unir para superar lo que estos años ha ocurrido.

Y esto puede servir para que él salga adelante. En esa noche fue con la hija de la mujer que los salvo y su hermano en un lugar apartado de las chozas de los demás.