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Luego de ese descanso, todos salieron del escondite. Brad volvió a tapar la entrada con la bolsa y se fueron de ahí como si nunca hubiera pasado nada.

La noche volvió a caer en el recinto, Clayton se separó de ellos para continuar explorando la zona donde ahora tendrá que vivir, lo que le dijeron ya le quitó las ganas de pensar en algo nuevo como plan de escape, ellos mismos lo mencionaron. Es inútil.

Paso por un par de chozas donde las personas se disponían a entrar en ellas para dormir, un anciano caminaba a paso lento hacia la suya. Le temblaban demasiado las manos. Seguramente una enfermedad o el propio peso de los años. Clayton fue para abrirle la puerta.

Oh vaya...tú no eres mi nieta

— No, yo no lo soy pero quería ayudarle ya que parecía...bueno

— Débil, no hace falta que lo intentes disimular. Yo ya soy un anciano muy débil — El hombre volteo hacia él y lo miro para luego entrar a su choza — Te daré un consejo hijo, creo que eres nuevo por aquí así que no vayas a zonas alejadas de estas comunidades

— ¿No vaya, por qué?

El anciano cerró la puerta antes de que preguntara, dejándolo confuso ante aquel consejo.

Clayton prosiguió caminado entre calles donde todo seguía igual, a veces veía gente durmiendo en el suelo como él lo hizo.
En una calle en específico vio a dos hombres en la esquina conversando entre risas, se quedó parado sobre si seguir o darse la vuelta para volver a su sitio donde duerme pero los hombres de pronto voltearon hacia Clayton, se quedaron callados solamente observando.

Mejor me voy, no quiero problemas — Lo dijo casi como un susurro. Se dio la vuelta y camino a paso rápido sin mirar.
Paso casi dos metros cuando se atrevió a observar atrás.
Los dos hombres caminaban a la misma velocidad que él.

¡Hey no corras, solo queremos saber qué tienes de valor! — Gritó uno.

¡Corre rápido hermano, si llega con Brad no lo podremos tocar!

El corazón de Clayton comenzó a latir con furia, dejó de caminar para ponerse a correr. Pensó en esconderse en el refugio, entró entre callejones para perderlos pero a pesar de eso parece que no logra alejarse de ellos, sentía que sus pasos le seguían el rastro. Su agitación y condición ya estaban al límite por ese día. Entro a un último callejón.
Por su desgracia topo con pared.

¡Mierda!... — Se fijo de ambos lados buscando una posible salida.
Vio un hoyo que sobresalía de una casa de madera con más de tres pisos, sin dudar se adentro y rogó porque no lo vieran.

¡¡Aguarda Stephen!!

— ¿Que ocurre?

— Recuerda que no podemos poner un pie en esta zona, él vive por estas casas y si nos ve puede matarnos o si Brad sabe qué estamos aquí nos van a poner en la cárcel por cuatro días.
¡No pienso volver a estar sin comer! 

— Entonces larguémonos cuanto antes ese tipo ya cabo su tumba si vino a este lugar


Clayton se adentró más y más en aquella oscura casa con su respiración siendo su único acompañante. Vio un foco de luz que lo guió al segundo piso. Subió las escaleras con lentitud, los escalones rechinaban por su peso.

Asomó la cabeza hacia la nueva habitación donde solo vio una mesa con cosas, parecía papel o planos.
Su curiosidad le ganó, se acercó a la mesa para ver mejor

¿Que es esta cosa...? — sus manos abrieron uno de dos planos lo poco que captó fue una máquina.
Grande y con demasiados cables.
Giro la cabeza la derecha para ver un plano abierto pegado a la pared — Parece un dibujo de una persona... — Y en eso escucho el sonido de un arma siendo cargada.

¿Se te perdió algo? — Fue la voz de un hombre mayor.

Clayton se quedó completamente tenso sin moverse ni un solo centímetro, un frío le recorrió la columna.
Trago fuerte su propia saliva, sintiendo que si habla podrá recibir un disparo.

Te lo preguntaré nuevamente, ¿se te perdió algo?

— Yo...yo no hice nada malo por favor no me dispare, solo intente escapar de unos tipos

— Está es mi zona, si no te largas en diez segundos te daré un disparo.
Y si te vuelvo a ver por aquí, no dudaré en matarte


El chico salió corriendo no sin antes ver un poco de su agresor.
El hombre tiene cabello verde corto, unos anteojos y una bata como si fuese un doctor la tiene manchada de tal vez suciedad.

El miedo y tal vez la adrenalina hizo que sus fuerzas volvieran para correr aún más rápido que anteriormente.
Cada paso para acercarse al viejo parque le hacia pensar sobre quién era ese sujeto y por qué vivía en esa calle en completa soledad pero lo más importante, ¿esos planos de que se tratan?

Atlantia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora