XXV

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Clayton no despertó de la manera más bonita, su cabeza golpeó contra la puerta del auto. Soltó un quejido de dolor y abrió sus ojos.

Sigue esposado y la poca visibilidad se debe a que es de noche, aún el auto está en movimiento.

¿A-Adonde me llevan?

— Te llevamos de donde saliste pero antes tenemos ordenes de llevarte ante el doctor Lifer. Ya has causado suficientes problemas

— ¿Docor Lifer?

— Cierra la boca ya has hablado bastante — El soldado utilizó su puño contra el estómago del chico.

Clayton se torció y comenzó a toser por culpa de ese golpe innecesario. El auto se frenó y otro soldado se asomó por la ventana delantera.

¿Asunto para entrar?

— Tenemos al prófugo que buscábamos, aquí tienes la orden directa del jefe

— Bien, esta todo en orden así que adelante

Cuando el chico se recostó contra el asiento quedó sorprendido al ver en donde se encuentra.
Los grandes edificios llenos de luces, gente paseando acompañados por robots del tamaño de un niño, los autos flotando a pocos centímetros del suelo y lo más fascinante es ese edificio puntiagudo.
Están en Vermout, el mismísimo centro de Atlantia.

El automóvil se dirigió hacia allá y cerca de quince minutos ya estaban delante de ese edificio. Una gran puerta de vidrio se abrió y de ella salió un hombre algo bajito con su bata.

El soldado que manejaba en seguida se bajó y fue con ese hombre, el tipo de bata asintió y hizo una seña para que entraran.

¡Bien salte de aquí! — El de la derecha le dio una fuerte patada a Clayton mientras que el de la izquierda abría la puerta.

Clayton cayó de cara en el pavimento, uno de ellos ya lo tenia de la camisa para llevárselo adentro. Sin oponer resistencia él camino por si solo ya que extrañamente comenzó a tener curiosidad por lo qué hay en ese edificio tan grande que es posible verlo desde Delment. Aún recuerda el primer día que estuvo en Atlantia.

En el pasillo solo había un olor curioso, ¿pueden ser aromatizantes?
En un lado izquierdo había un hombre en un escritorio tocando las teclas de la laptop a una gran velocidad, ni siquiera les pudo atención a los recién llegados.

Llegaron al elevador que esta en el centro de la habitación y tocaron un botón para que iniciara el ascenso.
En la siguiente habitación estaba llena de puertas en ambos lados, puertas metálicas.

Antes de que vayamos con el doctor Lifer nos dijo que te mostráramos algo

— ¿Mostrarme que...?

Un soldado apuntó con su dedo a la ventanilla de una de esas puertas, con inseguridad Clayton se acercó, no desea recibir otro golpe.
Pero la vista al cristal. Dentro de ese cuarto estaba alguien... una chica dormía y ese cabello verde fue suficiente para saber de quien se trata.
Lo que más daba angustia era un moretón algo grande que tenía en el lado derecho de la cara.

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