Atlantia

XI

La anciana los acogió en su casa, cerró la puerta y los dirigió a la sala. Alan por su parte se fue con su madre a otra habitación seguramente para ver cómo está físicamente y mentalmente.

La anciana tomó asiento en el sofá de una sola persona. Joel, Clayton y Keen en el de tres. Los sofás eran de color azul oscuro.

— ¿Su padre de Alan no lo logró verdad? — Pregunto ella.

— No pudimos salvarlo, teníamos muy poco tiempo para escapar, si nos regresábamos por él era muy probable que no andemos ahora en su casa — Joel se atrevió a responder.

— Keen deberías ver a tus padres, seguro se pondrán felices — Ahora la señora se dirigió al chico.

— ¡Debo ir cuanto antes, lo siento chicos los tengo que dejar!

Keen salió de la casa y solo dijo un "gracias" con la cabeza.

— ¿Saben que no pueden quedarse aquí mucho tiempo?

— Lo sabemos y por eso nos largamos ya mismo

— Aguarden al menos debo agradecerles lo que hicieron por salvar a mi pequeño, tomen un baño y quédense esta noche. Pueden dormir en la sala y lo desean

— ¿Por que confía en nosotros?, nadie quiere a los de Delment

— No todos son malos y yo ya tengo mis años para saber qué es son buenos y quien no

— ¿Tiene algo con lo que defendernos? — Finalmente Clayton se atrevió a abrir la boca. — Ir así sin nada es muy peligroso y más ahora que ya los falta tan poco

— Yo no tengo algo como eso pero...tengo una conocida, ella planea ir a Delment para rescatar a alguien o eso me dijo.
Tal vez si la logró convencer vayan los tres, ella si planea traer armas

— Pues esa conocida esta loca, ¿¡por qué querer arriesgarse de dejar este sitio cómodo por una mísera persona!? — Arremetió Joel.

— Miren primero tomen un baño, lo necesitan

Ahora que lo decía era verdad, la ropa de ambos era un desastre y seguramente la cara igual. Joel se negó en ir primero por lo que Clayton sin más que aceptar entro a la bañera.
La señora lo guió dejando solo a Joel mirándole.
Clayton entró a la bañera, se veía bien ordenada al igual que limpia. La señora dejó una toalla y ropa arriba del retrete, sin más que hacer fue a la regadera, abrió la cortina con un diseño de flores y se tomo un baño caliente el cual disfruto como si no hubiera recibido uno en mucho tiempo y puede que lo fuese.
Mientras las gotas caen en su rostro y cabello se pregunto quién sería esa otra persona que la anciana mencionó y en gran parte Joel tenía razón.
¿Por que arriesgarse tanto por alguien?, le dio un poco de asco tener ese pensamiento pero no hay opción que salvarte tú primero. Eso ha aprendido estas últimas horas.
De nueva cuenta deseo quedarse ahí en el baño por siempre y no saber nada más pero...sabe que no es correcto, ¿desde cuando se volvió tan cobarde?
Tan solo no quiere que le pase lo mismo que vio en los callejones de Vermout, un escalofrío recorrió su espalda y solo se limitó a seguir lavándose bien su cuerpo.