The Others | Joshua harem

Tears

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Se sentía tan bien comer comida caliente y casera. Me acostumbre a pelear por sobras desde que puedo recordar pero el año pasado viviendo en la calle había sido especialmente mucho más duro. En las primeras semanas, el hambre había hecho mi estomago crujir, acabando con mi energía, aunque tuve que acostumbrarme al vacío. Por ahora, las sobras que recogemos de la basura han sido suficientes para mantenernos en pie. Comida verdadera era algo que muy de vez en cuando obteníamos, pero sólo cuando el robo resultaba ser exitoso. Cada que Hansol y yo lográbamos robar un monedero, celebrabamos comprando comida callejera y llenábamos nuestros estómagos hasta sentirnos a punto de explotar. En esos momentos felices, estoy seguro de que todo estará bien -pero la calidez nunca duraba mucho tiempo y el hambre regresaba tiempo después. Dormimos en casa abandonadas y habitamos lugares que regularmente la gente normal evita, ocultandonos lo mejor posible. El frío y la oscuridad eran nuestros constantes compañías y la ultima era muy útil también, puesto que nos ayudaba a escondernos de los ojos fisgones.

Los ojos que nos estaban mirando en ese momento eran diferentes. El más pequeño, quien a regañadientes se presentó como Chan luego de que el otro lo frozara hacerlo -se veía aun desconfiado y se había rehusado a sentarse en la misma mesa que Hansol y yo, pero el otro chico...él era demasiado cálido. Nunca había conocido a nadie quien se preocupara por el bienestar de extraños, especialmente no por aquellos extraños quienes habían tratado de asaltarlo y amenazado con un cuchillo a su amigo.

Y ahora estábamos en su apartamento, sentados en su diminuta cocina y comiendo algo que él mismo había preparado. Honestamente no tenía idea de lo qué sucedía en su cabeza. Si yo creyera en Dios, asumiría que él es una especie de ángel, especialmente con aquellos gentiles ojos y atractiva apariencia -pero el pequeño y desconfiado Forecebearer tras él destruía aquella impresión. Chan casi nos decapito en el momento en que vio las manos y rodillas raspadas de su Wielder -y sinceramente, me sentía mal por ello también. Incluso Hansol se disculpó y no había oído de él una disculpa sincera desde hace muchos años. Pero Jisoo sólo se había reído y dejo a Chan preocuparse por él antes de comenzar a preparar la cena.

Hansol se veía más relajado también. Estaba seguro de que él había estado preparado para una emboscada cuando ambos los seguimos luego de una presentación e invitación (Chan no había estado feliz pero Jisoo insistió) y se vio terriblemente tenso todo el tiempo. Había estado nervioso también, no mentiré; generalmente no era una buena idea confiar en extraños, especialmente en una situación como la nuestra. Pero había algo acerca de Jisoo y la manera en que hablaba y se comportaba....

Contemplé la interacción entre el Wielder y su Forecebearer con interés mientras lentamente masticaba mi comida y supe que Hansol hacía lo mismo. No le habíamos creído a Jisoo en un inicio cuando nos dijo que era un Wielder pero nos mostró su marca -la cautela de Hansol fue casi palpable después de eso. Nunca había sido alguien que confiara tan fácilmente en otras personas y por las experiencias con nuestros antiguos Wielders sólo lo habían vuelto aún más desconfiado. Pero lo cierto es que la manera en que Jisoo y Chan se comportan con el otro era completamente diferente a todo lo que habíamos visto y conocido antes.

Justo ahora, Chan estaba molestando a su Wielder acerca del arroz sobre su mejillas e incluso se atrevió a limpiarlo. No pude detener a mi corazón de acelerarse ya que había aprendido desde muy joven a nunca tocar un superior, fuese mayor, un Wielder o uno de rango alto. Inconscientemente estaba esperando un regaño, palabras ofensivas o tal vez un golpe -pero Jisoo sólo se sonrojo y rió con Chan.

Me relaje y supe sin mirar a mi lado que Hansol sentía el mismo alivio. Había mucha amabilidad, afecto y confianza en cada palabra, mirada y sonrisa entre el par frente a nosotros. Era reconfortante pero también un tanto triste. Sentirme de esa forma me hizo una mala persona, pero no pude evitar tener envidia. Aquel sentimiento llenaba mi pecho al mismo tiempo que tristeza y una extraña pizca de felicidad por Chan y su suerte de haber hallado a tan increíble Wielder. Miré hacia mi comida y enmascaré todo mi sentir con el mejor rostro inexpresivo que pude forzar.