Memories

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Sabía que sus ojos me seguían mientras caminaba por la habitación; podía sentirlo quemándome la espalda. Ignorandolo, finalmente me senté en mi cama. Pero por supuesto, tan pronto le regrese la mirada, volvió la suya al libro. No tenía idea de que se trataba y, francamente, no me importaba lo suficiente para preguntar ya que no me respondería de todas forma, pero usé la oportunidad para examinarlo, su rostro, postura y expresión. Sus hombros estaban tensos y tenía las cejas fruncidas. Podía ser debido al contenido del libro, pero, realmente, ¿a quién estaba engañando? Durante las semanas pasadas, no lo había visto fruncir el ceño mientras estaba a solas conmigo, sin que los otros lo distrajeran.

En una manera retorcida amaba que le importara tanto. Hacía lo que fuera para obtener su atención al menos una vez al día porque estaba aterrado de que en algún momento dejara de pensar en mí. Eso probablemente me mataría. Pero justo ahora estaba contento con nuestra relación -aunque sería feliz siempre y cuando él estuviera feliz. Y estaba realmente agradecido, extremadamente agradecido por la oportunidad que nos dieron. Se había ido la marioneta que seguía órdenes sin pensar y había vuelto el terco y extrovertido amigo de la infancia. Lo había extrañado. Ver a Mingyu reír cuando pasaba tiempo con los chicos y cómo su rostro se iluminaba cuando hablaba con nuestro Wielder me hacía genuinamente dichoso. Nunca pensé que podríamos sentirnos así de nuevo, nunca. Después de todo, había hecho cosas terribles que me atormentaban cada noche. Había sido duro esconder cuán vulnerable era una vez las luces se apagaban. Aunque siempre he sido el más vulnerable cuando se refiere a él.

Noté como una de las mangas de Mingyu se levantaba ligeramente, revelando su muñeca magullada, y la vista hizo mi pecho estrujarse. Conocía cada una de sus cicatrices. Había curada cada herida que le habían causado. Había limpiado y cubierto todas todo el tiempo. Pero entonces lo atraparon. No había otra salida en ese momento, lo había hecho para salvar su vida -pero no podía ignorar la culpa de haber torturado a mi mejor amigo. Por haberle infligido nuevas cicatrices. Escuchar a la persona más importante de mi vida suplicar clemencia que no podía brindar -nunca me sentí peor en la vida. Y el remordimiento que sentí por hacer que viviera toda esa mieda en primer lugar nunca desapareció. Siempre estuvo presente, siempre volviendo a mi mente.

Mingyu notó mi mirada y bajó su manga; la mirada que me dedicó era venenosa. Desvíe la mirada, enfocándola en la ventana. No estaba de ánimo para pelear ahora. Estaba demasiado ocupado pensando en cosas que no podía cambiar. Había sido todo mi culpa de todas formas. Cuando era joven, había estado emocionado de que alguien intentara ser mi amigo; amigo de un callado solitario que siempre se sentaba en la marginación y garabateaba en su libreta. Y no era cualquiera, sino el estudiante popular, amable y amigable. Y siempre pensé que era demasiado bueno para mí -aún lo pienso.

Me pregunté brevemente si hubiera intentado tan arduamente aún sabiendo cuanto jodería su vida. Pero sí, él definitivamente lo haría, era ese tipo de persona después de todo. Muy diferente a mí. Porque siempre fui codicioso por su amistad. Le ofrecí un lugar donde quedarse una vez regresé a Sepul para la preparatoria -y había ignorado convenientemente que podría en peligro su vida con esa decisión. Por supuesto que me arrepentí. Y por supuesto que traté de alejarme de él después de eso, para verme tan desinteresado en él como fuera posible -pero obviamente había fracasado espectacularmente. Ambos terminamos bajo un contrato con la persona de la cual había estado huyendo toda mi vida. El momento en que Mingyu accedió a formar un contrato con Jiyong para salvarme fue el momento en que me prometí a mi mismo a no perderlo de vista nunca más.

Volví a mirarlo. Esta vez parecía que realmente estaba leyendo, su espalda estaba recargada en la pared con comodidad. Sonreí antes de volver mi atención a la ventana, siguiendo el vuelo de un pájaro. Había fallado en darle la libertad que merecía pero seguí intentando cumplir mi promesa lo mejor posible con mi habilidad. Y me dije a mí mismo que si no podía protegerlo, al menos lo haría más llevadero. Le había dado mi comida cuando nadie estaba viendo y le había dado píldoras para dolor que robaba de Daesung y Seunghyun cuando sus heridas lucían demasiado mal. Me había ofrecido en ir a misiones en su lugar, mintiendo en la cara de Jiyong diciendo que era mejor para el trabajo. Todos los privilegios que había ganado ultimadamente beneficiaron a Mingyu -aunque él no lo recordara del todo.

The Others | Joshua haremDonde viven las historias. Descúbrelo ahora