Trail

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Hansol lloraba y todo su cuerpo temblaba bajo los brazos de Jun, quien lo estrujaba en un intento de consuelo mientras miraba a la pared con una mirada vacía. Junto a ellos en el sofá se hallaba Chan con el rostro hundido en el hombro de Jeonghan, quien parecía estar aguantándose las lágrimas por el menor.

"¿Alguien quiere té?" Seokmin preguntó con un tono desamparado. Nadie reaccionó a su pregunta y abandonó la sala al instante.

El pasillo estaba bloqueado por Seungcheol, Minghao y Mingyu quienes llamaban frenéticamente a hospitales, estaciones de policía y a cualquier persona en la que pudieran pensar para encontrar al Wielder -tratando infructuosamente en transformar su desesperación en algo productivo. Pasó entre ellos, directo a la cocina, donde encontró a Wonwoo mirando por la ventana hacia el cielo oscuro. Ambos se ignoraron mientras Seokmin hacia su camino a la tetera.

Tan pronto como el agua comenzó a hervir, Wonwoo habló. "No fui yo."

El Healer permaneció en silencio y comenzó a buscar en la alacena una taza para su té. El otro Guardián se giró abruptamente con su estoico rostro retorcido con angustia. "¡En serio no fui yo! ¡Por favor, creeme!"

Con su mano ocupada sujetando la taza que había encontrado, Seokmin lentamente levantó la mirada y Wonwoo retrocedió ante el abismal vacío en su expresión. "No me importa. Sólo lo quiero de vuelta." El silencio cayó entre ambos mientras Seokmin vertía el agua hirviendo con movimientos casi mecánicos.

Un estruendo cortó el silencio cuando la taza golpeó el suelo y se rompió en pedazos, dejando al agua regarse por todas partes, mojando los pantalones del Healer al igual que sus tennis.

Por un largo rato, ninguno de los Guardianes se movió -hasta que Seokmin se acuclilló y comenzó a llorar, escondiendo su rostro tras sus brazos. Wonwoo se acercó con cuidado de no pisar la porcelana rota y el agua caliente en el suelo, hasta que estuvo junto al destrozado chico. Moviendo ansiosamente las manos, miró alrededor, sin saber qué hacer antes de optar por agacharse junto al otro y palmear incómodamente su espalda.

Casi terminó cayéndose sobre el desastre en el suelo cuando Seokmin se lanzó a su pecho. Perplejo, Wonwoo sólo observó los restos de la porcelana. Cuando nadie vino a intervenir, tímidamente pasó un brazo sobre los hombros temblorosos del Healer. "Estará bien. No llores."

"Debió estar asustado." La voz de Seokmin se escuchaba inestable y apagada por la obstrucción de la sudadera del Guardián. Le tomó a Wonwoo un momento descifrar sus palabras.

"No podemos cambiarlo ahora. Pongamos agua fría en tus piernas antes de que tus quemaduras se pongan peor," propuso y trató de levantar al otro pero Seokmin se deshizo de su agarre mientras se secaba el rostro con su manga.

"Puedo curarlas."

"Estás desvinculado." Wonwoo se arrepintió de lo que dijo al instante cuando el Healer comenzó a llorar otra vez.

"¿Todo bien?" El alivio le llegó cuando la voz de Jihoon interrumpió sus frenéticos pensamientos. El Guerrero más bajo los veía desde el umbral de la puerta, al igual que muchos, con un rostro inexpresivo.

"Le cayó agua hirviendo."

Jihoon se adentró en la cocina y examinó el desastre en el suelo al igual que la ropa húmeda de Seokmin.

"No es nada, mis pantalones absorbieron la mayor parte," Seokmin repuso débilmente pero no se opuso cuando Jihoon lo tomó del brazo y lo sacó de la cocina.

Wonwoo se quedó atrás con todo el caos en el suelo. El pensamiento de dejarlo ahí para que Seokmin lo limpiara después fue tentador, pero no podía permitirse hacerlo luego de haber visto al otro quebrarse de esa manera. Con un suspiro, comenzó a buscar algo para limpiar y recoger los trozos de porcelana sin lastimarse.

The Others | Joshua haremDonde viven las historias. Descúbrelo ahora