CAPÍTULO CUATRO

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Al día siguiente, después de muchas quejas, Felix logró despertarlos a todos.

-El Sol ha salido. Debemos seguir caminando. La siguiente tribu está a tan solo dos horas de aquí. -Dijo, apagando el fuego.

-¿Tan cerca?- Respondió Jisung sarcásticamente.

-¿No podemos descansar un poco más? Me duelen las piernas de tanto caminar ayer.- Dijo Sana haciendo un puchero.

-No seas floja, tu decidiste venir. -Dijo Ryujin poniéndose de pie.- Vámonos, no perdamos más el tiempo.

Y como si tuvieran unos muelles en el trasero, todos se levantaron inmediatamente al escucharla. Realmente les intimidaba.

Empezaron a caminar guiados de Felix, el cual sabía perfectamente por dónde debían ir para llegar a la siguiente tribu.

A mitad de camino, decidieron hacer un descanso en una aldea que les pillaba de camino. Pero no sería un descanso tan agradable como habían imaginado.

Otro asesinato.

Esta vez, tres personas.

Y no, no eran guardias.

A diferencia del asesinato de la ciudad, ellos no parecían haber sufrido una tortura.

Los tres tenían armas clavadas en sus cuerpos, pero ninguno tenía ninguna herida más que la de las espadas clavadas en sus pechos o estómago.

Y otro graffiti con un mensaje.

"Tuvisteis que aprender que era real de la manera más cruel. Que pena.
DEVOLVERMELO"
"-M-"

No tardaron en aparecer guardias a retirar los cadáveres, llegaba el momento de investigar que había ocurrido.

-Vale a ver. Ryujin y Seungmin, preguntar a gente que encontréis en la calle, Felix y yo preguntaremos dentro de los establecimientos. Y tu Sana... Intenta ver qué ha pasado, pero intenta no interactuar mucho, será mejor que no estés en peligro.

Sana asintió algo triste, le sentaba muy mal que la rebajaran de esa manera. Se sentía insuficiente, pero no dijo nada para no afectar en la investigación.

Se separaron en esas dos parejas y Sana por su lado.

Ryujin y Seungmin, no obtenían ninguna respuesta, todos afirmaban no saber que había ocurrido. Hasta que le preguntaron a una señora mayor, la cual soltó una corta risa.

-Se lo merecen, llevan años buscandoselo.

-¿A qué se refiere?- Preguntó respetuosamente Seungmin, ayudándola a sentarse cuando vió que la mujer se acercaba a un banco.

-Desde aproximadamente dos años, esos tres han estado haciendo campañas y protestas diciendo que los elfos no existen y que es todo un invento del gobierno para mantenernos controlados.- Dijo soltando un suspiro. -No se que se esperaban que pasase. Los elfos son seres muy orgullosos, no les gusta nada que les infravaloren, ¿Verdad jovencita? -Preguntó mirando a Ryujin con una sonrisa.

Esto les heló la sangre a ambos, ¿Sabía que Ryujin era una elfa? Si era así, ¿Como era posible? Sus orejas estaban tapadas por un gorro y una capucha.

La mujer río al ver las caras que habían puesto.

-Se os nota muy bien. Esa mirada que penetra hasta el alma y esas figuras elegantes no son propias de un humano. Pero nadie se da cuenta.- Explicó mirando la figura de Ryujin.- Es lo que tiene ser una veterana de los guardias. Pero no os preocupéis, yo no os haré nada, no tengo nada contra vuestra. -Dijo al ver como la elfa se estiraba, como preparándose para una pelea.- Los guardias de ahora son todos unos inútiles, y pensar que yo me jugué la vida para poder entrar a las filas siendo mujer, aunque de eso ya pasó mucho tiempo. Como sea, yo ya estoy mayor, no puedo ayudaros en vuestras aventuras, pero mi casa está abierta para vosotros.

ᴍᴜʀᴅᴇʀᴇʀ ❝𝕸❞  -ˢᵗʳᵃʸ ᵏⁱᵈˢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora