Todos son educados desde el miedo.
Los elfos, temen y odian a los humanos.
Los humanos, temen y odian a los elfos.
Después de que la tribu Orión fuese atacada, Jisung, desorientado, llega a un pequeño pueblo humano de las montañas.
TW: VIOLENCIA
-Mierda, mierda, mierda. -Maldecía en voz alta Sana al despertarse, y darse cuenta de que ya había amanecido.
Nunca aviso al resto de que se iba. Cuando todos se durmieron, ella se marchó para visitar a Chan. Sin pensar en las consecuencias.
Se levantó rápidamente, se puso de nuevo sus botas y se acomodó el gorro asegurándose de que no se le viera nada.
Cuando salió, se encontró con Changbin, cortándole el paso.
-Oh, hola.- Rió Sana, con notable nerviosismo.
El chico no respondió, solo se la quedó mirando, mostrándose aterrador.
-Me voy a ir ya... Tengo prisa... Dale las gracias a Chan de mi parte y...
-No vuelvas.
-¿Eh?- Tartamudeó Sana, tenía mucho miedo de que la descubriera.
Sin saber que ya lo había hecho.
-Vete y no vuelvas. -La amenazó.- Se lo que eres. Si no quieres que te dispare ahora mismo es mejor que te largues. -Dijo poniendo la mano en su pantalón, donde tenía guardada una pistola pequeña.
Sana asintió aterrorizada, y salió corriendo de la casa. También de la aldea.
Después de un rato corriendo, temiendo que Changbin la estuviera persiguiendo, chocó con alguien al mirar hacia atrás mientras corría.
-¡SANA!- Gritó Ryujin, abrazándola con fuerza. -¿Dónde demonios estabas?
-¿Ves? Te dije que estaría bien. -Dijo con aires de grandeza Jeongin.
Ryujin lo ignoró completamente y se centró en la respuesta de Sana.
-Perdoname... Es que me apetecía pasear y acabé perdiéndome...- Se disculpó, volviendo a mentir.
Ryujin no se planteó mucho la veracidad de esa respuesta, simplemente la volvió a abrazar. Demostrando lo preocupada que había estado por ella.
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Minho comenzó a caminar hasta el siguiente bosque. Con su ropa y manos llenas de sangre de su anterior víctima. Podía escuchar los gritos de la gente de la ciudad. Ya era de día, y los ciudadanos habían comenzado a salir de sus casas, encontrándose con esa atrocidad.
Estaba caminando entre los árboles, alejándose lo más posible del camino.
Estaba caminando entre los árboles, cuando los vió. Sacó de su bolsillo la fotografía que Dahyun le dió, confirmando que era un grupo que estaba buscando.
Observó a cada uno de los chicos. Y aunque no lo pareciera, Minho era precavido. No iba a lanzarse a atacarles sabiendo que iban armados.
Lo que más le asustaba era Felix con aquel gran arco sobre su espalda.
