Todos son educados desde el miedo.
Los elfos, temen y odian a los humanos.
Los humanos, temen y odian a los elfos.
Después de que la tribu Orión fuese atacada, Jisung, desorientado, llega a un pequeño pueblo humano de las montañas.
TW: VIOLENCIA
Ambos decidieron volver a casa de Mina para investigar quienes eran aquellos. Trataron de ir lo más rápido posible ya que ni si quiera había escondido los cadáveres, todos ellos seguían en el salón.
Salieron rumbo a la ciudad, no sin antes hacer que Mina se cambiase de ropa, no sería muy normal ver a una chica llena de sangre en su vestimenta y rostro.
Cuando llegaron suspiraron aliviados al ver que los cuerpos seguían allí. Nadie los había visto.
–Bien, miremos a ver.– Indicó Minho acercándose a uno de los cuerpos y procediendo a buscar posibles objetos en los bolsillos. Mina hizo lo mismo con los demás cadáveres.
–¡Bingo!– Exclamó la chica cuando encontró lo que parecía una carta dentro de uno de los bolsillos delanteros de la chaqueta de uno de ellos.
–Ábrela– Ordenó acercándose.
Obedeciendole, abrió la carta y comenzó a leer.
–Después de drogarlo para ver si podía activarlos, su lado más honesto ha salido a la luz y ha admitido no ser Lee Minho. Vivía en una aldea de la llanura del este, en una pequeña casa de las afueras. Busquenlo. Nos trasladamos a las montañas heladas de Hyriil, cuando le tengáis, traedlo.– Enunció Mina.
–Debemos ir. Ya. –Dijo el elfo agarrando de los pies a uno de los cuerpos y lanzándolo al sótano que había en la casa, y Mina, imitandolo, hizo lo mismo con los demás.
–Si, pero primero debemos prepararnos. Esos tipos parecen peligrosos. –Respondió Mina una vez terminada la tarea de esconder los cadáveres.
Minho asintió, y caminaron de nuevo hacia la guarida en la que él vivía junto a sus compañeras. Y donde estaba Seungmin.
Pero cuando llegaron sólo pudieron escuchar gritos de enfado y portazos.
–¡¿Que mierda está pasando!?– Gritó Minho irritado. Odiaba los ruidos fuertes.
–¡El crío! ¡El crío se ha escapado!–Respondió alterada Chae.
Minho sintió como se le paraba el corazón. Debían encontrarlo lo más rápido posible, si lograba encontrar a sus amigos, estaban muertos.
Sabía que no podría contra ellos, no por fuerza, ya que si contaba con eso Minho podría aplastarlos con el meñique, metafóricamente hablando. Si no porque él no quería matarlos, su único objetivo para asesinar eran las personas que habían estado torturando a Hyunjin, como decía la carta.
Apretó sus puños con fuerza y un "voy a por él" salió de sus labios.
Sin decir nada más, salió del lugar, siendo perseguido por Dahyun y Mina las cuales decidieron ayudarlo.
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Seungmin ya yacía en el suelo, arrastrándose por la seca tierra del camino, sus talones dolían como el mismísimo infierno, y sus codos ya ardían a causa de arrastrarse usándolos de apoyo.
