Entre el Amor y el Odio - Jaeyong (ADAPTACIÓN)

Capítulo 47

Por unos segundos, todo quedó en silencio en la habitación, nadie se movía y sólo miraban el cuerpo de YoonOh en el suelo, él trataba de soportar el dolor pero la bala había atravesado su hombro izquierdo y no paraba de sangrar, un poco más y la bala hubiera dado directo a su corazón, pero Wang Feng tenía todo calculado.

-Eso fue por haberte metido con mi hombre.

-¿Por qué no lo mataste?... ¡¿Por qué?! – gritaba Jungwoo fuera de sí.

-Aunque no lo creas, este sujeto logró convencerme – Wang Feng se encogió de hombros, despreocupado.

-¿Qué? – Jungwoo no podía creer lo que escuchaba.

-Te conozco, sé lo manipulador que eres – Wang Feng lo miró con seriedad – sé de lo que eres capaz y puede que esa sea la razón por la que acepté que te convirtieras en mi pareja. Eres bello y tienes valor para conseguir lo que quieres cueste lo que cueste, pero ya debes saber que yo no recibo órdenes de nadie.

Jungwoo retrocedió un par de pasos, pero Wang Feng lo siguió, aún con la pistola en la mano.

-Wang Feng, yo...

-Sabes que odio la traición, y lo que hiciste al meterte a la cama con otro es traición – La actitud altanera y osada de Jungwoo, cambió a una llena de terror – y la segunda cosa que odio es que se metan con niños inocentes.

-Wang Feng...

YoonOh levantó la mirada y vio a Jungwoo acorralado en una esquina, y frente a él Wang Feng sujetaba con fuerza el arma, y por un momento temió por la vida del hombre que una vez consideró parte de su familia. YoonOh odiaba a Jungwoo y no quería defenderlo, pero si algo le pasaba nunca sabría dónde estaba Sungchan.

-Usar a un niño es demasiado bajo, incluso desde mi punto de vista... Cuando llegaste a mi casa y conociste a mi hija, te dije qué, yo podía ser una mala persona con todo mundo, pero los niños estaban fuera de cualquier situación... No debiste siquiera pensar en utilizar a un niño pequeño.

-¡Ese niño nunca debió nacer! – gritó Jungwoo, mirando directamente a los ojos de Wang Feng – ¡Ojalá se hubiera muerto cuando aventé a su padre por las escaleras!

Jungwoo volvió a caer al suelo después de recibir una bofetada más de Wang Feng.

-Por favor, Jungwoo... te lo suplico – Con una mano en su hombro, la respiración agitada y la frente llena de un sudor frío, YoonOh lo miró – Dime dónde está Sungchan – Jungwoo lo miró y negó con la cabeza.

-¡Responde! – Gritó Wang Feng levantándolo – ¡¿Dónde está el niño?!

-Jungwoo, por favor – repitió YoonOh, esforzándose por mantenerse despierto, la pérdida de sangre lo estaba dejando débil y en cualquier momento quedaría inconsciente – Taeyong lo está esperando, y yo...

-Que siga esperando – una sonrisa curvó sus labios – Por mí que se muera esperando a ese maldito niño – Wang Feng levantó el arma y le apuntó a Jungwoo, directamente a la cabeza.

-Estoy perdiendo la paciencia, y si no me dices donde está el niño te juro que te mataré lenta y dolorosamente, me has visto hacerlo.

-¿Por qué lo ayudas?... ¡Deberías estar de mi lado! –señaló a YoonOh, que estaba por desmayarse.

-Él no me importa – dijo sin mirarlo – quiero saber dónde está el niño, y si lo ayudo es porque también soy padre y entiendo cómo se siente.

-Wang Feng...

-¡Por última vez ¿dónde está el niño?!

-Mátame – dijo Jungwoo con voz temblorosa, pero llena de determinación – pero no diré dónde está el niño, lo más probable es que a esta hora ya esté muerto, di la orden para que lo hicieran – Jungwoo miró a YoonOh con una sonrisa – Después de todo, qué mejor sufrimiento para Taeyong que verte en mis brazos y con el cuerpo de su hijo sin vida frente a su puerta.