Hilos de amor (Aome x Minos)

Capitulo 9

La discusión entre los dos jueces llamo la atención de Aome, la misma Pandora le había dicho que esas discusiones a veces parecían peleas de niños, más cuando Radamanthys estaba involucrado.

Llegó al lugar en el que Minos y Aiacos estaban peleando y discutiendo, y en efecto, parecían dos niños pequeños golpeándose entre ellos por alguna riña sin sentido.
La escena para Aome era épica, pues los dos jueces se encontraban jalando el cabello del otro mientras intentaban golpearse con la otra mano.

Aome: Me gustaría preguntar el motivo de su pelea, pero se de buena fuente que ustedes son así.

En cuanto se dieron cuenta de la presencia de Aome, se separaron y se disculparon por su comportamiento. Y volvieron a comportarse de manera más sería.

Aome: Aiacos, mi padre despertará por completo en esta era dentro de un mes, te dijo algo?
Aiacos: Sólo me dijo que siguiera sus órdenes princesa.
Aome: Está bien, en ese caso.... Trata de no matar a Inuyasha quieres?
Minos: Aome pero....
Aome: No quiero tener que lidiar con Kykyo después.

.....

Estaba empezando a comprender porque Aome le había pedido no intentar matar a Inuyasha.
En la mañana había sido totalmente molesto, y no llevaban ni medio día viajando juntos y ya tenía ganas de extrangularlo, aunque no era el único, pues los pensamientos de Minos eran iguales.

Sin embargo, Aiacos era menos paciente que Minos, y cuando se harto de las provocaciones de Inuyasha y estaba por golpearlo, fue Aome quien mandó a Inuyasha de cara contra el suelo.

Minos: Y cuando realmente se enoja da miedo. - dijo burlándose de la cara de su amigo - aunque a quien le da miedo es a ese idiota. (Riéndo)
Aiacos: Realmente la princesa necesita protección? (Incrédulo)
Minos: Es fuerte, sin embargo... Si el señor Hades dice que Aome necesita protección, la necesita.

Horas más tarde

Sango: Aome!
Aome: Si Sango?
Sango: El otro juez es igual de guapo? (Curiosa)
Aome: Pues... Sí, los tres jueces son guapos.
Miroku: Sanguito... Sigo aquí.

En está ocasión todos se sintieron observados y sintieron esa energía  que ya era bien conocida por casi todos, y en el caso de Aiacos y Minos, era la primera vez que se enfrentarían a Naraku.

No venía sólo, venía con sus cientos de extensiones y en compañía de Bankotsu, este último tenía a una sola persona en mente... Aome.

Minos y Aiacos de inmediato se dieron cuenta de las intenciones que tenían, en su mirada se veía ambición, y era más que evidente que lo hacían porque probablemente ya habían notado el poder de Aome.

Minos: No descuides a la princesa en ningún momento!
Aiacos: Cubrela por la espalda y yo la cubro al frente.
Minos: Hecho!

Mientras Inuyasha y los demás peleaban contra las extensiones de Naraku, este último, junto a Bankotsu peleaban contra Aome, Minos y Aiacos.

En un descuido de los dos jueces, Aome fue golpeada con uno de los tentáculos de Naraku, la fuerza había sido tanta que salió volando, y estaba por impactarse contra uno de los árboles cercanos.

Minos dejo sólo a Aiacos y alcanzó a ponerse detrás de Aome, y el fue quien recibió el golpe, no se vió muy afectado pues estaba usando su sapuri.

Minos: Estás bien?
Aome: Si, tu estás bien?
Minos: Quién importa eres tú.
Aome: Tú también eres importante!
Aiacos: Aleteo de Garuda! - se deshizo momentáneamente de Bankotsu y corrió hacia Aome - está bien princesa?
Aome: Si Aiacos, estoy bien.

En cuanto Aome elevó su cosmos, Bankotsu retrocedió y Naraku se quedó inmóvil, era la oportunidad que tenían para deshacerse de él, sin embargo ni siquiera Inuyasha atacó, pues se sintió intimidado ante ese poder.

Bankotsu: Dijiste que ella era un peón de ese díos!
Naraku: Lo es!
Bankotsu: Ella tiene el mismo poder, dudo mucho que sea un peón, me largo de aquí, suficiente tuve en ese juicio cómo para hacer algo que me lleve a un verdadero castigo eterno.

Naraku también trato de escapar, sin embargo, antes de eso, una de las flechas de Aome se dirigió hacia él, no sintió dolor, ni siquiera sintió cuando está se clavo en él, no se sintió diferente.
Cuando escapó, Minos y Aiacos pensaban ir tras él, pensaban acabar con él, sin embargo no pudieron hacerlo.

Aome: No vayan!
Minos/Aiacos: Como diga, mi señora!
Inuyasha: Eres una inútil! - grito mientras se acercaba a ellos con enojo - no le hiciste nada y lo dejaste ir!
Aome: Aún no es el momento.
Inuyasha: No puedo creer que seas tan inútil y no lo hayas atacado!
Aome: En ningún momento ví que tú lo atacaras!

Aome no dió ninguna explicación, se dió la vuelta y fue a revisar las heridas de sus amigos, Inuyasha estaba molesto al igual que Kykyo, aunque está última lo estaba aún más, pues su plan de utilizar a Bankotsu y Naraku no había funcionado.

Aiacos: Te juro que por un momento sentí que era el señor Hades quien estaba a mi lado!
Minos: Ya una ves lo sentí así.

Se separó unos minutos de su grupo, estaba en compañía de Minos, mientras que Aiacos estaba en el campamento haciendo guardia.

Minos: Eso que hiciste con la flecha....
Aome: Si Minos, es parecido a la maldición de la espada de mi padre. - dijo antes de que el juez hiciera la pregunta - pero a su vez es diferente.
Minos: En que sentido?
Aome: La espada de mi padre te deja inconsciente al instante y te va matando poco a poco, en cambio esa flecha que lance... - guardo silencio y después continuo - el tío Hypnos y mi padre me ayudaron a prepararla exclusivamente para Naraku.
Minos: Explícate.
Aome: Esa flecha lo irá purificando poco a poco, mientras va cayendo en el sueño eterno de la muerte, al final será una maldición similar a la que cae en ti cuando te clavan la espada del dios Hades.
Minos: Y lo harás venir a tí, pues ningún dios puede quitar una maldición impuesta por otro dios.
Aome: Exactamente.
Minos: Eres realmente sorprendente!
Aome: Lo planee con mi padre mientras tú estabas coqueteando con esa doncella en Giudecca. (Sería)
Minos: Ya te lo explique, no estaba coqueteando con ella.
Aome: Te ví muy sonriente a su lado.
Minos: Te molestaría si coqueteo con alguien? (Curioso)
Aome: No pienso compartirte con nadie!

Después de esas palabras Aome se levantó y se dirigió de vuelta al campamento mientras que dejaba a Minos con una sonrisa en el rostro, quizá lo decía sólo porque era su guardia personal, pero aún así, esas palabras lo habían sentir bien.