Epílogo

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Años después

Habían pasado unos cuantos años desde que Aome y Minos se habían casado, ahora eran padres de cuatro bellos hijos.
Shippo, quien era el mayor contando ya con 23 años (o eso aparentaba), Obelius, de 12 años, cuyo nombre significaba hombre fuerte, con coraje y afán de lucha, curioso, pues su padre era así, y además Obelius era muy parecido al dios Hades, exceptuando el cabello, pues este era del mismo color que el cabello de Minos.

Tadd, de 9 años, cuyo nombre significaba hombre con mucho coraje y sin miedo a nada.
Era curioso que los dos tuvieran nombres que representaran el carácter y personalidad de su padre, sin embargo el pequeño Tadd era tan parecido a Aome y Minos.

La más pequeña Yalena, de 5 años, cuyo nombre significaba mujer con mucha luz, ella al igual que su madre, era muy parecida al dios Hades, y su carácter era igual al de su madre, alegre, risueña y bondadosa, pero al igual que Aome, si Yalena se llegaba a enojar, llegaba a dar miedo.

Siempre que estuvieran en los Elíseos, el dios Hades era un abuelo consentidor que no dudaba en llevarle la contraria a Aome y Minos, aún más si sabía que los niños tenían algún castigo, sin embargo, la pequeña Yalena era a quien más consentía.

Aome y Minos sabían porque la consentía más a ella, pues al ser idéntica a su madre, para el dios y era como ver a su hija siendo una niña pequeña, y podía vivir todo aquello que perdió.

Pero si se trataba de consentir a los pequeños príncipes del Inframundo, Naomi no se quedaba atrás, al igual que el abuelo de Aome y su hermano Sota.

Sango y Miroku estando en los Elíseos se encargaban de cubrir una que otra travesura de los pequeños.

Pero... Había alguien que ni a sus hijos los trato así.
Se trataba de Chronos, quién sorprendió a todos al ser un bisabuelo consentidor y cariñoso.

El tío Poseídon, así era como lo llamaban, siempre los llevaba con él al templo submarino, en dónde descubrió que el pequeño Tadd había sido reconocido por la escale de dragón marino.
El dios Hades casi lo mata cuando le dijo algo así.

Sabían que estaba permitido convivir con la tía Hera, pero nunca debían escuchar los consejos del tío Zeus, por nada en el mundo.

Pues para nadie era un secreto que aunque ya no tuvieran una "relación", el dios Hades le dijo y explico con lujo de detalles todo lo que le haría al dios Zeus si este se atrevía a acercarse a Naomi, la madre de Aome.

.....

Pero no todo había sido miel sobre ojuelas, no, aún recordaban cuando Inuyasha había conseguido escapar del Tártaro, y si de por sí le había ido mal con el dios Hades, fue el mismo Chronos quién le dió el tiro de gracia.

Y justo en ese momento, una vez más había problemas.

Shippo: Padre. - hablo llamando su atención - hay un problema.
Minos: ¿De que se trata? - pregunto alejándose de Lune -
Shippo: Ella escapó del Tártaro.
Minos: ¿Te han dicho dónde puede estar?
Shippo: Al parecer está con Radamanthys.
Shippo: Lune, dile a Markino que vaya a buscar a la princesa. - dijo sin voltear a verlo - Traela.
Shippo: Si padre.

Aome estaba tomando el té junto a su padre cuando Shippo llegó y le dijo lo que estaba pasando.
Hades la miro y le dijo que hiciera lo que ella creía que era lo mejor.

Cuando Kykyo entro a la sala del juicio de la séptima prisión, volvió a mirar a Aome, sentada en ese lugar, a lado de Minos.
Aome se veía más madura, pero parecía que los años no habían pasado por ella, se veía incluso aún más bella.

Kykyo: Copia. (Burlona)
Aome: Solo voy a preguntar una cosa. - hablo de manera sería - ¿Quién te ayudo a escapar?
Kykyo: Alguien que te quiere muerta. Ella...
Yalena: ¡Mamá!
Obelius: No Yalena, están haciendo un juicio y no puedes entrar en estos momentos.

Obelius entro corriendo detrás de Yalena, al parecer la pequeña estaba en busca de su madre y le dijeron que estaba en la sala del juicio.
En cuanto Kykyo vió a los hijos de Aome se sorprendio al ver a la pequeña, tan idéntica a Aome, y Obelius, tenia la misma mirada imponente que el dios Hades y el mismo porte que Minos.

Obelius: Lo siento madre, lo siento padre.
Aome: Lleva a Yalena a su habitación.
Minos: Hablaré con ustedes más tarde.
Yalena: Yo quiero ver el juicio.
Obelius: No puedes. (Serio)
Yalena: El abuelo Chronos me llevo a ver cómo era mamá cuando era más joven. Y ella - señalando a Kykyo - le hizo cosas malas a mamá.
Kykyo: Tu madre morirá muy pronto, pequeña copia.
Yalena: Mereces ser la comida de Cerberos. (Gritando)
Kykyo: Ella vendrá por tu madre.
Aome: Se de quién hablas. - interrumpió abruptamente y después miro a Lune y Markino - llevenla con Pharaoh, y mi hija tiene razón, Cerberos se divertirá un buen rato contigo.

Era la primera vez que Yalena veía como su madre le daba una condena a alguien, Shippo y Obelius ya habían llegado a estar en algunos juicios, pero Yalena no.
Fue en ese momento que Minos y Aome descubrieron que su pequeña hija sería igual que Aome, en muchos aspectos, incluso para dictarle sentencia a alguien.

Aome: Y para que lo sepas Kykyo, mi padre fue en este momento al Tártaro. ¿Adivina a qué? - pregunto con algo de burla - ¿Ves estos sellos? - mostrandolos - Yo los hice, con esto puedo sellar los poderes de un dios.

......

Obelius: Madre. ¿Era ella verdad?
Aome: Así es Obelius, era ella.
Obelius: ¿La odias?
Aome: No, no la odio, ese fue el motivo por el que la envié al Tártaro desde un principio. Y...
Tadd: Mamá, papá. ¿Si iremos a ver a la abuela Naomi y el tío Sota y al abuelo?
Aome: Vayan a alistarse.
Minos: Tú también Shippo.

Su vida nunca fue normal, y nunca lo seria.
Ella era la princesa del Inframundo, quien junto a su padre gobernaba el mundo de los muertos y quién junto a los tres jueces se encargaba de imponer orden en el lugar, además de hacer ciertos juicios especiales, en los que se requería que fuera ella personalmente quien los hiciera.

Quise poner en el epílogo un poco de como era la vida de Aome como madre y como una de las gobernantes del Inframundo.
Espero les guste.

Hilos de amor (Aome x Minos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora