Entre Fragmentos - PROFECÍAS OCULTAS | #1 [COMPLETA]

17. Dimitri Ferguson.

"Trataste de apaciguar al monstruo que habita dentro de mi, y ahora que ha salido, solo quiere alimentarse".

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WILLIAM.

Después de desaparecer repentinamente, Lyon vuelve con nosotros y nos pide confiar en él. Aunque creemos que su presencia complicará las cosas, su propuesta de ayudar y distraer a Dimitri es intrigante. Según explica, planea captar la atención de Dimitri, permitiéndonos rescatar a Kaelanne sin ser detectados.

—¿Por qué nos ayudas? —pregunta Jennifer, sospechando de él—. Creí que estabas del lado de Dimitri.

—No estoy del lado de nadie más que del mío —responde Lyon con una sonrisa enigmática—. Todo lo que hago es por un bien mayor, por mi bien.

—Si él se entera de que lo traicionaste, podría matarte —dice Theo con frialdad.

—Dimitri es solo un peón en mi juego. Un movimiento y podría matarlo, pero prefiero no llamar la atención.

—Interesante —murmura Jennifer, intrigada.

—No tienes idea, cielito —Lyon le guiña un ojo, provocando que Bruce se interponga, mostrando su descontento por haberse atrevido hablarle a Jennifer.

Lyon nos advierte que Dimitri probablemente querrá negociar: mi vida por la de mi hija, algo que no estoy dispuesto a aceptar. Necesito respuestas, y solo viviendo ambos las obtendré.

Con las coordenadas proporcionadas por Lyon, rastreamos fácilmente a Dimitri hasta un almacén abandonado. Al llegar, Lyon nos deja con un comentario críptico y desaparece como un fantasma.

—Es aquí, Will —informa Theo.

—Entremos —Luka se adelanta, y todos lo seguimos.

—Déjenme entrar primero, es a mí a quien quiere —me adelanto, pero Blake se burla de mi intento de protegerlos.

—Will, somos familia. Estamos dispuestos a sacrificarnos —avanzamos juntos, encontrando cajas de metal y goteras en el techo.

—Jen, rastréala —ordeno. Jennifer cierra los ojos, concentrándose, y avanza hacia una pared sin puerta.

—Es aquí, pero no sé cómo entrar —dice, desconcertada.

—La entrada no es lo que parece —murmuro, pero Theo, impaciente, rompe la pared de un golpe.

—Ya saben que no me gusta esperar —se queja con indiferencia, y avanzamos.

Kaelanne está atada a una silla, inconsciente y cubierta de sangre. Theo hace un movimiento para liberarla, pero lo detengo. Dimitri sabe que estamos aquí.