36. La isla de las cosas perdidas.

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"Corrompiste su alma, hecho que jamás cambiará".

"Corrompiste su alma, hecho que jamás cambiará"

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KARSTEN MOSES.

Desde que regresé a Leisha no me he encontrado bien. No desde que me enteré de la atrocidad que cometió mi madre, y ahora me encuentro peor. No he salido de mi habitación en días, no como, y por mucho que William me motive a salir no puedo hacerlo.

Yo lo traje hasta aquí, a él y a su equipo. Con la intención de que me ayudaran a recuperar a mi hermana, y por culpa de mi madre he fracasado en mi misión.

Comienzo a tener visiones de ella. Sé que suena demasiado inusitado, ya que solo las mujeres pueden hacerlo, pero en verdad la veo. Tomo una ducha rápida, y cierro mis ojos pretendiendo quedarme dormido, pero no lo consigo. Un ruido ensordecedor se apodera de mis tímpanos y sé que es ella.

Escucho sollozos y gritos que desgarran mi alma. No sé cómo, pero siento la desesperación de Kaia. De inmediato, salgo de mi habitación en busca de William, a quien encuentro con Bruce y Mason en el jardín.

—Kaia está en problemas —los interrumpo y William se levanta de su lugar de inmediato.

—Karsten, Kaia esta en un lugar seguro —habla Bruce.

—La he escuchado. Estaba llorando y era horrible. No quiero decir que su llanto es horrible, sino que ella... Es desgarrador. Nunca había llorado, no así —hablo rápido y entrecortado.

—Estás más pálido que de costumbre —comenta Mason y lo ignoro.

—Lo más probable es que sea producto de tu imaginación. Es evidente que no has dormido, quizás sea alguna crisis... —vuelve a opinar Bruce y lo silencio.

—¡Yo estoy bien! —grito— William, por favor, Kaia no está bien, iré por ella —suplico invitándolo a venir conmigo.

—Te creo hijo, vamos por ella —me dedica una sonrisa débil.

—Si tu madre...

—¡Me importa una mierda lo que piense esa mujer! —exclamo fastidiando a Bruce—. Si esa mujer vuelve a hacer algo en contra de mi o de mi hermana, deja de ser mi madre —sentencio.

Me alejo con William pisándome los talones, y Mason como perro fiel, viene detrás.

Una vez me encuentro en el bosque, busco la cueva y cuando la tengo ubicada entro.

—No creo que sea seguro —comenta William.

—Es seguro.

Ya que estamos todos dentro, giro una roca en ciento ochenta grados y después ejerzo fuerza incrustándola de nuevo, dándome acceso a mi refugio.

Entre Fragmentos - PROFECÍAS OCULTAS | #1 [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora