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Christopher le dedicó una sonrisa débil a Richard cuando le abrió, tenía esperanzas de encontrar a Ariana ahí, tal vez sería el alivio a una de sus preocupaciones esa noche. Caminó hasta llegar a la sala y no vio a nadie más, era lo más lógico, ella no se iba a arriesgar a estar en el primer lugar en el que la buscarían.

—Christopher, ¿qué pasó? —el moreno cerró la puerta y se acercó al mayor —. No he podido dormir por estar pensando en ustedes tres, de verdad estaba muy preocupado por Ari y por tu hermano, también por ti, claro.

—Yo no pude hacerlo, fui un completo cobarde cuando llegó el momento de disparar —Christopher se sentó y levantó la mirada, observando el rostro complacido del contrario —, pero ella sí pudo.

—¿Qué?, ¿me estás diciendo que ella...?

—Sí, parece que ella lo mató, o al menos lo dejó herido, eso es lo que me dijo Aarón —bajó la mirada y llevó su mano al inicio del cierre de su chaqueta, deslizándolo mientras recordaba cuando su hermano le entregó la de él al rizado —. Yo no vi nada.

—¿Cómo que no viste nada? —Richard se arrodilló frente al castaño para quedar a la misma altura y encontrar su mirada —. ¿Acaso ella se fue sola?, no estoy entendiendo.

—Sí, su arma no funcionó en el momento en el que la necesitó y me dijo que lo hiciera yo, pero no pude —el mayor levantó la mirada y se sintió más libre al poder expresar lo frustrado que se estaba sintiendo —. Yo me quedé con Joel y ella se fue sola, mi hermano la persiguió lo que más pudo.

—Ay, Christopher, por Dios, ¡ella se va a meter en muchísimos problemas por esto! —el moreno ocultó su rostro entre sus manos y trató de aclarar en su mente la cantidad de información que estaba recibiendo —. No sabes la impotencia que me da no haber podido ayudar por este brazo que aún me tiene mal.

—A mí me da más porque yo estuve ahí y no hice nada para evitar todo esto —el castaño dirigió su mano al hombro de su acompañante y lo apretó suavemente, Richard era la única persona a la que le podía contar todo sin necesidad de hacerse el superior en todo —. Es que Ariana es demasiado terca, yo no quería hacer esto en el fondo, tú sabes que no soy de corazón tan duro, ni siquiera por tratarse de un "simple trabajo solamente".

—Yo sé que tú no eres una mala persona, Chris, no te preocupes, te creo cuando dices que hiciste todo lo posible en su momento.

Christopher asintió y cerró sus ojos, levantando su cabeza hasta descansarla sobre el espaldar del asiento. Estaba cansado de estar huyendo de todo lo que hacía por simple hecho de que estaba mal, de tener tantos enemigos cuando se quería pasear por la calle como una persona normal. Sin embargo, no quería dejar a Ariana sola y a todos los que lo habían ayudado en su momento.

Lo único que realmente deseaba era una vida normal, una vida como la que deseaba que pudiera tener Aarón al terminar sus estudios y salirse de todas las cosas malas en las que se había metido algún día.

Tal vez de esa manera podría lograr que personas como Joel lo vieran de otra manera, no solo con esa imagen de persona invencible que solía proyectar. Le gustaba sentirse así en algunos casos, pero a veces cansaba también.

—Yo sé que ella va a estar bien, Rich, es tan astuta como terca —trató de transmitirse confianza a sí mismo y volvió la mirada al moreno.

—¿Y Aarón dónde está?

—Él se fue con Joel, tal vez llegue en la madrugada —desvió la mirada y se levantó —. Tal vez ni siquiera llegue hoy.

—¿Quién es Joel?

Richard frunció el ceño y observó a Christopher pasearse por toda la sala, de verdad estaba muy preocupado aunque intentara ocultarlo con su expresión. No quería que nada malo le pasara a Ariana, ella no era precisamente su amiga, pero nunca le iba a desear el mal porque muchas veces le había demostrado lealtad y eso era sumamente importante para él; pero Christopher y Aarón eran sus amigos, a ellos más que a nadie quería verlos bien siempre.

Aléjate De Mí ||Virgato||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora