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Aarón cerró los ojos al escuchar la puerta siendo abierta después de casi una hora, pero al escuchar la voz de su hermano se relajó y lo miró con inocencia, había quedado molesto con él la noche pasada por simples tonterías. Joel entró rápidamente, como si tuviera los segundos contados para salir nuevamente, lo vio tomar las pocas cosas que había llevado y despedirse con un tono bastante alto, por lo que supuso que era en general, pero ni siquiera esperó respuesta. Suspiró y volvió la mirada a su hermano, que venía acompañado de Ariana, una muy furiosa.

—¿Quieres explicarme quién es ese? —el castaño rodó los ojos y se sentó al borde de la camilla de su hermano —. Parece que te importa más tu extraño círculo social, que nuestra seguridad.

—Ya te dije que con él no hay problema, ¿puedes simplemente olvidarlo? —la pelinegra negó con la cabeza mientras salía de la habitación, ya no podía soportar el cinismo de Christopher —. ¿Cómo sigues? Joel me dijo que te veías mucho mejor.

—Me siento bien, Joel era bonita vista cuando me despertaba en la madrugada por el frío —ambos sonrieron sarcásticamente, el menor solo quería molestarlo y su hermano lo sabía.

—Voy a llamar a tu novia, ella sabe aguantarte —Christopher tomó el teléfono de Aarón y lo desbloqueó, ambos tenían la misma clave —. Richard está herido, por si te importa un poco.

—¿Siguieron con el plan?

—Bueno, tenías razón, José está muerto —el menor cerró los ojos al oírlo, había sido muy cercano a él —, pero al menos nos quitamos la duda, lo de Richard no es tan grave.

—¿Qué tiene?

—Le enterraron un vidrio en la pierna, además lo alcanzaron a golpear —el mayor marcó el número después de haber buscado el contacto —. Descuida, él también dejó muy mal a su oponente, supongo que lo único que te importa es eso.

—Claro que no, Richard es mi amigo, ha sido más hermano que tú.

—¿Sí?, pues digo exactamente lo mismo.

De nuevo vio salir al castaño de mal humor, mientras se mandaba el celular a la oreja, probablemente porque ya le había respondido Adriana. No era mentira, ambos eran un desastre y no podían ni con sus vidas como para estar cuidado al otro. Aunque en su defensa, Christopher era más irresponsable y hacía cosas que realmente solo se le podían pasar por la cabeza a él. Varias veces lo había ayudado a lidiar con sus problemas personales, como cuando se metía con chicas y ellas iban a buscarlo, creyendo que podían lograr algo más. Lo quería, pero odiaba la forma en la que se encargaba de las cosas, era demasiado atrevido.

[...]

Joel salió del supermercado después de haber comprado algo para comer y llevarlo donde Zabdiel, su amigo lo había acompañado, siempre estaba ahí cuando se trataba de comida, tantos años viviendo juntos le había servido para conocerlo bien. Se devolvió caminando, tampoco quedaba muy retirado el lugar. Abrió la puerta y subió hasta su habitación, Ander no era mucha compañía, ya se había acostado a dormir, como siempre. Se cambió de ropa con lentitud, no tenía prisa, aún le quedaban varios minutos para pedir un servicio de móvil por el celular. Llevaba muchos años sin jugar videojuegos, sería un total desastre y contaba con que podía llegar a aburrirse, pero no perdía nada, más interesante que quedarse en casa sí era.

Le pidió al rubio que le enviara la dirección o la ubicación, pero lo único que recibió fue un mensaje diciéndole que iría por él. No lo discutió, después de todo era más entretenido irse con alguien que sí conocía y con quien podía hablar, que con un extraño. Se tiró a su cama, todavía tenía un poco de sueño por la incomodidad de la silla en la que había dormido.

Aléjate De Mí ||Virgato||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora