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Joel y Zabdiel estuvieron casi una hora preparando la cena, aunque el rubio había hecho casi todo el trabajo para cumplir con la invitación. Definitivamente tenía razón cuando decía que era su especialidad, todo estaba delicioso.

El rizado trató de comportarse con naturalidad, había podido notar que ya no había nadie en la casa, ni siquiera las personas que trabajaban ahí. No se sentía incómodo, porque a pesar de todo, él se estaba comportando como siempre, manteniendo cierto límite entre ellos.

—Bueno, mis padres siempre mantienen viajando por su trabajo —Zabdiel ladeó una pequeña sonrisa —, por eso siempre estoy solo, algunas veces vienen para finales de año, otra veces no.

—¿Y ya te acostumbraste a estar solo siempre?

—En realidad nunca termino de acostumbrarme, además siempre estoy con Erick o con la empleada, casi nunca me quedo completamente solo —el rizado asintió mientras lo escuchaba atentamente, ya había confirmado que Zabdiel realmente venía de una clase social bastante alta, se reflejaba hasta en su manera de comer —. Los extraño, por supuesto, pero desde niño he tenido que vivir con esa idea de casi no tenerlos.

—Pero me imagino que mantienen comunicación siempre.

—Claro, todos los días tengo una llamada de ellos, al menos un mensaje —el mayor dejó los cubiertos en el plato cuando terminó —. Pero no es lo mismo, lo sabes.

—Bueno, no lo sé, mis padres ni siquiera me llamaban cuando no estaban —Joel bajó la mirada y trató de ignorar la nostalgia que sentía, no quería ponerse mal —. Digamos que si no fuera por Ander, yo sí hubiera estado solo durante ese tiempo. 

—No te preocupes, ahora los tienes a ellos, sé que no es como quisieras, pero eres afortunado de tenerlos aún.

—Lo sé, al menos están para un regaño, ¿no? —el rizado sonrió y lo miró directamente por primera vez desde que habían empezado a cenar —. Igual podría decir que gracias a ellos hice un amigo, ahora también tengo a Aarón, aunque sea molesto algunas veces.

—Y me tienes a mí, sabes que yo te quiero muchísimo, Joe

El rizado agrandó su sonrisa y sintió sus mejillas arder, tenía un conflicto para responder de forma cariñosa, aunque se tratara de Zabdiel. Agradeció cuando él se acercó a besarlo sin esperar respuestas, así que solo se dedicó a corresponderle y a intentar relajarse un poco.

Sin embargo, le fue imposible al sentir que todo subía de tono, que el rubio estaba empezando a querer algo más ya. Cerró sus ojos cuando él bajó los besos a su cuello y dejó que llevara su cuerpo hacia atrás para que él tuviera más comodidad.

No quería que pasara nada tan pronto, no llevaban casi nada de haber empezado a salir y sentía que se estaban apresurando. No le daba miedo lo que pudiera pasar después, sabía que Zabdiel sí lo tomaba en serio y que la relación iba a continuar su rumbo, sin embargo, seguía sin sentirse seguro de quererlo de esa manera, de desearlo como hombre.

El mayor se levantó e hizo que Joel hiciera lo mismo para llevarlo al sofá más cercano y acostarse encima de él. Continuó repartiendo besos en su cuello mientras se deleitaba con los suaves suspiros del menor. Su mano viajó hasta los primeros botones de la camisa del rizado, lo único que quería en ese momento era hacerlo suyo y demostrarle todo lo que sentía por él.

Joel volteó la cabeza hacia otro lado al sentir las manos del rubio recorriendo su torso al desabotonar por completo su prenda superior. No podía negar que sí lo estaba prendiendo, pero la incomodidad se hacía cada vez mayor, era como acostarse con alguien que solo veía como un buen amigo. Puso las manos en su pecho y lo removió suavemente al sentir que ya tenía intenciones de bajar más, ese fue el detonante para darse cuenta que eso no debía suceder.

Aléjate De Mí ||Virgato||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora