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Solo había un pensamiento en su cabeza, solo sabía que su madre se había metido con un loco. Aarón no podía ser un buen chico, podía ver la maldad en su sonrisa. Ahora sólo faltaba que el otro hermanito también fuera así, que de raro no había nada.

Joel sabía que cuando su madre se empeñaba en algo, no había nada ni nadie que lograra hacerla cambiar de opinión. Ella iba a considerarlo un loco cuando le dijera que vio a su querido hijito falso con una pinta de asesino o algo así.

El punto no era que llevara eso en su bolsillo, el punto es que era una persona maliciosa. Simplemente le parecía que ambos eran unos oportunistas, unos que no hacían nada por la vida y les llegaba todo del cielo.

No podía dejar que su madre seguiera siendo parte de ese descaro de ellos. Pero por otro lado también sabía que ni siquiera lo iba a escuchar. Solo era cuestión de alejarse de ellos y dejar que su mamá hiciera lo que quisiera.

Le dolía la cabeza después de esa salida, de nuevo confirmaba que no podía tomar nada de alcohol. Ander había llegado en la mañana, totalmente borracho y casi cayéndose al caminar.

También había recibido algunas llamadas de sus padres, pero decidió ignorarlas. Cuando terminó de preparar el desayuno para él y Ander, tomó sus cosas y se fue a la universidad.

—¿Segundo día y ya llega tarde? —le cuestionó el profesor cuando pidió el permiso para ingresar.

—Sí, lo siento, no volverá a pasar —suspiró con cansancio, no había dormido casi nada.

Vio a Erick en una esquina y se sentó a su lado, era el único puesto desocupado. Ni siquiera podía concentrarse en lo que decía el profesor, era un mal día sin duda. Él jamás había sido alguien irresponsable, y serlo en ese momento lo frustraba.

—¿Estás bien? —le preguntó Erick al verlo tan agotado.

Joel solo asintió con una pequeña sonrisa, era su culpa estar así y no podía quejarse. A la próxima no le haría caso a Ander.

Un rubio miraba con el ceño fruncido al rizado, no le había respondido ninguno de los mensajes y había tenido el descaro de abrirlo y dejar en visto. No tenía intenciones de ser intenso, pero realmente quería ser su amigo.

Cuando se dio cuenta, Joel también lo estaba mirando. Trató de mostrar su mejor sonrisa, recibiendo una también del rizado.

Por otro lado, Christopher estaba hablando con Patricia, dándole las gracias por sacarlo de ese problemita. No era su culpa que sus enemigos le buscaran pelea en la calle, simplemente se defendió.

Cuando ella se fue, subió hasta su habitación y se tiró en la cama con agotamiento. Aarón también subió con Christopher de inmediato y cerró la puerta suavemente.

—¿Por qué me pones en esto? —le dijo al llegar a la cama también —. Sabes que no tengo la confianza para hacer esto aún.

—Habla el que no se mete en problema, claro —soltó con sarcasmo, rodando los ojos y dándole la espalda.

—Estuve con Joel, me lo encontré allá —le empezó a comentar para cambiar de tema, no quería iniciar una discusión ahí.

El castaño solo se encogió de hombros, no le importaba lo que hiciera su hermano. Sin embargo, no le gustaba la idea de que el rizado compartiera mucho con ellos, parecía un chico sano y no les convenía que le contara algo a sus padres.

—¿Y de qué hablaron?

—Cosas sin importancia, es un chico divertido —se acostó al lado de Chris —. Le mostré una navaja y se asustó.

Aléjate De Mí ||Virgato||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora