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—¿Christopher?

—¿Está tu amigo? —el castaño se adentró en la casa con toda confianza, cosa que le incomodó un poco a Ander.

—Joel está durmiendo, ¿lo necesitas para algo o yo puedo colaborarte?

—No creo que puedas colaborarme —el ojimiel sonrió y se acercó al contrario, quien observaba su actitud con seriedad —. En realidad habíamos quedado de salir a tomar algo, pero ya me esperaba que no estuviera listo o se le olvidara.

—Deja lo levanto.

—Tranquilo, yo lo hago.

Ander levantó una ceja, recibiendo una sonrisa tan tranquila que resulta irritable como respuesta. Se encogió de hombros y señaló la habitación del fondo, la cual Joel había elegido porque era más oscura y podía dormir mejor.

—Pues pasa, no creo que le moleste.

Christopher le agradeció con la mirada mientras se dirigía a la habitación que le había indicado, aunque ya la conocía porque había estado antes con su hermano mientras el chico que lo había recibido estaba profundamente dormido en el sofá.

Abrió la puerta y lo vio acostado de lado, aunque ya estaba listo para salir, juzgando por su vestimenta y especialmente las zapatilla que ya llevaba puestas. Se acercó lentamente y haciendo el menor ruido posible, quería observarlo unos segundos, pero al considerar la idea de que se despertara y lo viera como un psicópata, prefirió despertarlo él mismo.

—Joel, despierta —lo movió un poco por los hombros —. Te ves muy lindo durmiendo, pero habíamos quedado a esta hora y si me quedo mirándote me voy a dormir también.

El rizado abrió los ojos lentamente y se los talló mientras un bostezo salía. Aclaró la vista y sonrió levemente al ver a Christopher parado frente a él, estaba un poco desorientado aún por haberse despertado recientemente.

—Lo siento, ni idea de en qué momento me dormí, no mentía cuando decía que estaba cansado.

—¿Tú pidiendo una disculpa?, esto empieza bien —Joel rodó los ojos y se incorporó —. Veamos si también termina bien.

—¿Sabes?, yo no sé qué quieres con esto de que salgamos, sabes que no vamos a ser amigos —ambos salieron de la habitación mientras el menor arreglaba un poco su cabello —. Además, aunque fuera eso posible, estoy seguro de que a ti no te interesa mi amistad. Seamos sinceros, ¿qué buscas?

—Quiero que nos conozcamos más, ¿y por qué no podríamos ser amigos?

—Por si no lo recuerdas, has hecho cosas que me imposibilitan confiar en ti —trató de ignorar la mirada de Ander que le preguntaba qué clase de relación tenía con el castaño cuando pasaron por la cocina —. Pero es solo una salida, ¿no?, puedo salir con alguien que odio y puedo divertirme solo.

—¿Me odias?

—No te odio, es un ejemplo.

—¡Oye, tú! —Christopher llamó la atención de Ander, quien lo miró con su característica cara de pocos amigos —. Tal vez tu amigo llegue mañana, no lo esperes ni te preocupes.

—No es cierto —Joel sintió sus mejillas arder al sentir la curiosa mirada de su amigo, no podía ni imaginar qué estaba pasando por su cabeza.

—¿Ustedes están... saliendo?

—¡Dios, no!, solo ignora cualquier cosa que diga Christopher.

Ambos salieron y subieron al autor del mayor, quien comenzó a manejar como si su vida dependiera de ello. Joel prefirió irse mirando por la ventanilla, al menos debía reconocer que conducía bien a pesar de la velocidad.

Aléjate De Mí ||Virgato||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora