La clase de tecnología no era una de las favoritas de Zabdiel, de hecho, casi nadie se interesaba en poner atención. Joel cerró el portátil y levantó la mano para poder salir, ya había terminado, y aunque no hubiera sido el primero, tenía la seguridad de que lo había hecho bien. El profesor solo le indicó que se quedara allí hasta sonar el timbre y cambiar de área, por lo que se hizo un espacio y apoyó su cabeza contra la mesa de trabajo.
Justo al lado tenía al dichoso amiguito de Zabdiel, quien permanecía callado y concentrado en su trabajo. Parecía el amigo perfecto, calificaciones perfectas y círculo reducido pero bien elegido de amigos. No intentaría hablarle más al rubio, pero aún tenía el deseo de aclararle las cosas, de decirle que estaba borracho y no controlaba del todo sus acciones.
Quizá decirle por ahí mismo que le agradecía su desconfianza como para no contarle que tenía novio, no era que cambiara las cosas, pero realmente le hubiera importado saber ese pequeño detalle desde el comienzo. A Erick casi ni lo veía, mantenía paseándose con su novia por todos los rincones y escasamente cruzaban palabras. Su propósito inicial fue enfocarse solo en los estudios, pero necesitaba al menos una compañía.
Cuando finalmente las clases se acabaron, tomó su mochila y salió del salón de primero, ya quería llegar a casa y descansar un rato, solo si a la vida le entraban ganas de no ponerle más problemas, por supuesto. Se detuvo en los cajeros para retirar lo que le dejaba su padre siempre, ya ni siquiera le emocionaba eso, simplemente no quería deberle favores. Lo último que vio al salir, fue a Zabdiel besándose como si no hubiera un mañana con ese chico.
Su celular vibró, indicando que alguien lo llamaba. Era un número desconocido, por lo que decidió no responder, pero la insistencia lo hizo cambiar de opinión. Rodó los ojos cuando nadie habló del otro lado de la línea, ese tipo de bromas no le daban gracia. Volvió a guardar el teléfono y se concentró en el camino, casi da el grito más fuerte de su vida al ver alguien saliendo de los árboles como un delincuente y acercarse a él, de hecho, lo hubiera hecho si esa persona no le hubiera puesto una mano en la boca.
—Ya, no te asustes —su respiración y los latidos de su corazón fueron volviendo a la normalidad al escuchar esa voz.
—¡¿Qué mierda haces aquí, Christopher?!
—Baja la voz, Joel, no grites —el castaño miró a su alrededor con desconfianza —. Vine a pedirte que seas mi novio.
—¿Qué? —el menor frunció el ceño y siguió al contrario, quien caminaba hacia una piedra cubierta por ramas.
—Te lo digo porque no quiero que te metas en problemas, pero tú verás si lo tomas o no.
—¿Decirme qué?
—Escúchame bien —Christopher se acercó un poco —, no dejes que te hagan exámenes, no te conviene ni a ti ni a nosotros.
Joel se cruzó de brazos y levantó una ceja, era obvio que se refería al problema que tenía con sus padres, pero aún no lograba entender qué tenía que ver él y su hermano. Quizá su madre les había comentado, pero eso no cambiaba las cosas, él no tenía nada que esconder y no le importaba en lo absoluto ese examen. Aunque conociendo a sus padres, eran capaces de hacerlo solo por querer joderlo más.
—¿Esto no es asunto solo mío?
Christopher levantó por completo la mirada, resignándose a contarle la verdad. No tenía la menor idea de cómo había droga donde Joel, ni siquiera podía asegurar que él no la consumía a escondidas, pero la preocupación de Patricia y Francisco por ese tema los habían hecho tomar la decisión de hacerles exámenes a todos. Aarón y él no eran libres de eso, consumían algunas veces, y claramente no les convenía que los padre del rizado se dieran cuenta.
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Aléjate De Mí ||Virgato||
Fanfic¿Qué pasa cuando te enamoras de una persona a la que le puedes hacer daño? ¿Sería conveniente luchar por ella o es mejor alejarte para no herirla? Tal vez lo que quieres es más fuerte que lo correcto...