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Erick y Zabdiel salieron del aula después de haber tenido una charla inútil con un profesor, ya era receso y seguramente Joel ya los estaba esperando en una de las mesas. El rubio observó a Aarón sentado al lado del rizado, era lo que faltaba, ahora tenía que estar con él todos los días hasta para comer. No entendía cómo su amigo podía tener una amistad con él después de todo lo que había pasado.

Joel sonrió cuando levantó la mirada y los vio acercarse, ya se estaba poniendo incómodo el ambiente con Víctor y Matías, quienes no paraban de hablar de sus particulares temas.

—Zab, ¿cómo estás? —Matías se levantó de su puesto para darle un pequeño abrazo al rubio —. En estos días no hemos tenido las mismas clases, te he extrañado.

—Nosotros también, Mati —Erick respondió por Zabdiel y chocó puños como saludo con él.

—Bueno, ¿les parece si salimos hoy? —Aarón habló animadamente, centrando su atención en Erick, quien también parecía estar interesado en el plan —. Ustedes me dicen si nos vemos allá o salimos todos juntos.

—¿Hoy? —Joel cambió su expresión, mostrándose inconforme —, tenemos una investigación pendiente, no sé si sea el mejor día para hacerlo.

—Es verdad —Zabdiel apoyó al rizado, dedicándole una sonrisa sutil.

—Pero tenemos el día de mañana para hacerlo, no pasa nada si salimos hoy —el ojiverde se encogió de hombros y alternó la mirada entre Joel y Zabdiel —. Vamos, no sean aguafiestas.

—Yo voy si va Zab —el menor miró al rubio, esperando una decisión de él —, es el único en el que puedo confiar de todos aquí.

Zabdiel le sonrió dulcemente. Claro que sería capaz de ir con él, de cuidarlo si fuese necesario, tal vez el otro día se descuidó y lo dejó tomar de más, pero ya sabía que no se lo iba a permitir esa vez. Joel no era un niño pequeño, pero sentía la necesidad de que estuviera bien y de eso se iba a encargar.

—Por ti voy encantado.

Erick y Aarón cruzaron miradas al verlos, el ojimiel sonrió de forma cómplice, podía notar esa conexión a kilómetros.

—¿De qué están hablando? —Víctor dejó por primera vez el celular en la mesa —. ¿Van de fiesta o qué?

—Porque si es así, me gustaría ir —Matías intervino nuevamente, mirando a Joel con una sonrisa juguetona —. Como ese día que estabas con ese chico en la disco y salimos a bailar —frunció el ceño —, te fuiste con él, ¿era tu novio?

—¿De qué me perdí? —Erick preguntó con extrañeza.

—Aunque no creo que sea tu novio, le hubieras reclamado cuando se besó con esa otra mujer... Aunque ahora que lo recuerdo, creo que también te vi besarte con él, solo que no pensé que fueras tú al principio.

Joel pasó saliva y se tensó al escucharlo, había olvidado que él lo vio con Christopher. Su mirada casi por inercia se dirigió a Zabdiel, quien había borrado su sonrisa y lo miraba con seriedad, sin embargo, su rostro no reflejaba nada, era la mirada más penetrante que había visto, pero no le dejaba descifrar lo que estaba pensando.

—Era un... un amigo, además no me besé con él, esa chica era su cita.

Sintió los miradas de todos sobre él, no sabía si los había convencido, pero tampoco era su obligación demostrar lo contrario. Agradecía eternamente que Christopher no le hubiera dicho el nombre.

—Como sea, ¿puedo ir con ustedes? —Matías sonrió de forma pícara —. Y... podríamos pensar en bailar bien pegaditos, ricitos.

Zabdiel levantó una ceja, sin ánimos de ocultar ya su molestia. Matías borró su sonrisa coqueta al percibir que el ambiente se había puesto tenso y más al mirar de soslayo el semblante del rubio.

Aléjate De Mí ||Virgato||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora