Capítulo 1

520 22 0
                                    

Narrador Universal:

Un día como cualquiera. Diego Bustamante se dirigía como todas las mañanas a su trabajo, la única diferencia es que él día de hoy iba súper tarde, era la tercera vez que lo hacía y ya tenía una advertencia de su jefe, "si llegas tarde una tercera vez te despido Bustamante" fue la advertencia de su jefe, era realmente preocupante, era el único trabajo que Diego tenía, y de verdad que lo necesitaba, conseguir otro trabajo sería difícil muy difícil, tomo la siguiente calle casi corriendo y entro a él edificio donde trabaja. Suspiro profundo y trato normalizar su respiración, poso ambas manos en sus rodillas y se inclinó para descansar un poco, levanto su mirada y trago en seco en cuanto vio al hombre parado en frente de él con una mirada retadora.

Diego: Señor Sergio yo...

Sergio: Estas despedido Bustamante. –Interrumpe sin una pizca de comprensión. Diego abrió los ojos preocupados.

Diego: Señor lo lamento, mire no me despida yo.... Yo no llegue a tiempo porque mi madre se quedó sin su medicina y salí a comprársela, ella está un poco enferma. –Explica desesperado, pero Sergio niega. Mabel de Bustamante, la madre de Diego sufre de una pequeña enfermedad que requiere de operación, hasta los momentos Diego solo puede comprar sus medicinas y bueno su paga por ser él mensajero en un pequeño bufete de abogados no era tan alta.

Sergio: Lo siento Diego, pero yo te lo advertí, no puedo tener personas como tu trabajando aquí, las chicas y algunos colegas te han necesitado y tu no estabas, así no podemos seguir. –Dice serio. Diego lo mira suplicante.

Diego: Por favor señor, no me haga esto, apenas y puedo pagar las medicinas de mi madre, y algunas cosas para mi casa, mi hermano menor está estudiando, yo de verdad de verdad necesito este trabajo. –Dice angustiado.

Sergio: Si lo necesitaras, llegaras temprano todos los días, lo siento Diego, tu remplazo ya llego. –Sin más que decir él hombre le entrego la liquidación y se encamino a su oficina. Diego quedo en medio de todo con la mirada perdida y él corazón algo roto, ¿Como le diría a su madre que lo despidieron? Sin dudas esto estaba mal muy mal, ¿Ahora como haría? Estaba destrozado por todo esto.

{....}

Roberta escuchaba atentamente a sus socios. Todos se encontraban reunidos en la sala de juntas, la empresa Reverte Enterprise estaba en su mejor momento gracias a su presidenta, Martin Reverte estaba más que contento con él trabajo que su hija venía haciendo, sin duda tenia a Roberta a su merced, dispuesta a hacer lo que él le pidiera o se metería en graves problemas. Suspiro, se sentía ofuscada, la hora de salir ya había pasado y de verdad que llevaba prisa, esta noche tenía una gala demasiado importante y tenía que prepararse temprano, debía comprar un vestido y zapatos que combinarán con la ocasión, bufo, él hombre que ahora se encontraba hablando se trataba de nada más y nada menos que de Rodrigo Méndez, él hombre más hablador de todos, siempre que hacían una reunión es el que más hablaba, de ahí saco Giovanni lo parlanchín pensó Roberta, se levantó ya cansada y hablo.

Roberta: Te agradezco todo Rodrigo. –Sonríe a medias y toma su bolso. __Pero de verdad es tardísimo y me tengo que ir, les pido una disculpa señores, pero esta noche debo reunirme con algunos socios, ya que todo está en orden me retiro. –Sonríe con amabilidad y sale dejando a todos en la sala de juntas. Toma las llaves de su auto y pasa al lado de la rubia de su amiga, Mia rueda los ojos y la sigue.

Mia: Oye, tu estrés me causa dolores de cabeza. –Bufa y Roberta se encoge de hombros.

Roberta: Lo lamento Mia, esta noche tengo que ir a una gala, necesito un vestido y zapatos. –Muerde su labio y la rubia sonríe.

Princesa (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora