T2 C16

119 16 2
                                    

Roberta:

No había manera de explicar lo que sentía en estos momentos. Afuera está lloviendo, pero no se compara a nada a todas las lágrimas que he derramado, porque la lluvia cae porque la nube ya no puede soportar más el peso del agua. Mis lágrimas caen porque mi corazón ya no puede soportar más este dolor, un dolor incurable, sin explicación, que cada vez duele más. Diego y sus mentiras, su orgullo, su engaño, todo eso es lo que me termino de consumir.

Diego: Mi amor vemos tu película favorita, hacemos algo, en la cocina hay dulces de esos que te gustan, y así pasamos el día entero junto a nuestra hija, mmm ¿Qué te parece? -Siento sus brazos rodear mi cintura abrazándome de espaldas. Cierro mis ojos sintiendo más lágrimas deslizarse por mis mejillas, respiro profundo tratando de controlarme para no decaer.

Roberta: Eh... -Carraspeo haciendo que mi voz llorosa se vaya. __Si quieres... Si quieres adelántate, has las palomitas que yo te espero con Luciana. -Finjo una sonrisa y asiente mientras termina de vestirse.

Diego: Prometo no demorar, mi niña preciosa. -Me abraza y recuesto mi rostro en su pecho. Sus labios recorren mi nariz y bajan hasta mis labios juntándolos en un suave beso, trato de separarme un poco, pero me abraza más a él profundizando el beso. __Te amo con toda mi alma. -Susurra en mis labios dejando cortos besos en una caricia. Yo solo puedo gritar y llorar internamente por lo mentiroso que es.

Roberta: Anda antes de que se haga más tarde. -Me separo de él y ríe negando.

Diego: Si que eres ansiosa, tranquila amor que en un toque estoy con ustedes. -Me besa una vez más y sale de la habitación. Rápidamente entro al closet, tomo una maleta y empiezo a meter mi ropa, después de haber guardado mis cosas corro hasta la habitación de Luciana y guardo todas sus cosas.

Roberta: Nos vamos mi amor, y de verdad siento mucho alejarte de tu papá, pero no nos merece, te aseguro que cuando tengas la edad suficiente entenderás, pero por ahora solo me importa tu estabilidad, no quiero que tú también sufras. -Llorando la tomo en mis brazos. Tomo ambas maletas y me aseguro de que nadie me vea salir, una vez que estoy en el living tomo las llaves de mi auto, agradezco de que Mabel, Leonardo no estén en casa, acomodo a mi hija en el portabebés y enciendo el auto para partir. __Esto nunca te lo voy a perdonar, Diego, nunca te lo voy a perdonar. -Lloro quebrada mientras conduzco. Mi celular suena y observo quien es, es Mía, tomo mi auricular, lo pongo en mi oreja y contesto. __Mia...

Mia: ¡Amiga! Hey ¿Porque no viniste a la empresa hoy? -Pregunta y trato de contener un sollozo.

Roberta: Lo siento, se me complico. -Contesto tratando de que mi voz no se quiebre.

Mia: Rob ¿Qué pasa? Te escucho mal, algo está pasándote. -Afirma y aprieto un poco el timón. Me conoce tan bien.

Roberta: Se acabo todo Mia, mi vida con Diego se terminó, le he dado el fin a todo esto. -Digo llorando.

Mia: Pero ¿Como? Roberta por Dios ¿Que está pasando con ustedes? -Dice angustiada.

Roberta: Me engaño, me engaño con su ex novia. Y todavía tiene el descaro de venir y hacerme creer que es un santo, yo ya no quiero esto, llego la hora de ponerle final a este sufrimiento, no lo quiero más para mi vida ni para la de mi hija. -Lloro destrozada. Me estaciono cuando llego a casa de mi mamá.

Mia: Por favor, amiga, trata de calmarte, no vayas a cometer una locura, tienes que cuidar a la niña, ¿Dónde estás ahora? -Dice preocupada y volteo a ver a mi hija.

Roberta: Acabo de llegar a la casa de mi mamá, es aquí donde pertenezco, de donde no debí haber salido. -Me bajo del auto y tomo a Luciana en brazos.

Mia: Ok tranquila, yo apenas termine aquí en la oficina salgo para allá, fuerza amiga. -Corto la llamada y tomo las llaves de la casa. Al entrar a la primera que veo es a mi mamá y me mira atónita.

Alma: Hija, mi amor ¿Que paso? -Corre hasta donde yo estoy y toma a Luciana. __Mírate por Dios, tienes los ojos hinchados, apareces así de repente con la niña, ¿Qué pasa? -Dice angustiada y estallo en llanto una vez más.

Roberta: Ya... Ya no... Ya no puedo más. -Gimoteo y me abraza.

Alma: Ay hija, ¿Que tengo que hacer para apagar ese dolor que tanto te lastima? Ya no quiero verte sufrir más. -Acaricia mi cabello y sollozo.

Roberta: Me engaño, se burló de mí, Diego me engaño. -Me abrazo más a ella y lloro más.

Mau: ¡Hermanita! -Grita mientras baja las escaleras. Sonríe, pero en cuanto me ve a la cara esa sonrisa se borra. __ ¿Que está pasando aquí? ¿Qué pasa contigo, porque lloras? -Mamá le hace una seña y el me abraza. Mamá se aleja hasta el sofá y se sienta en este con Luciana en brazos.

Roberta: No tengo ganas de hablar, solo quiero encerrarme en mi habitación. -Limpio mi rostro con mis manos y Mauricio niega.

Mau: Primero tienes que calmarte y decirme que pasa. -Camina conmigo y nos sentamos en el sofá junto a mamá. __Esto tiene que ver con Diego ¿Verdad? -Toma mis manos serio.

Roberta: Si, terminé con él, ya me fui de su casa y de verdad no quiero que te metas en esto Mau, esto es entre él y yo, sé que estas molesto te conozco y no quiero que lo enfrentes. -Pido y gruñe.

Alma: Mauricio tu hermana tiene razón, es mejor que no hagas nada esto es algo de ellos dos. -Lo regaña y rueda los ojos frustrado.

Mau: Claro, a mi hermana le rompen el corazón y yo debo quedarme de brazos cruzados ¡Perfecto! -Ironiza y me levanto.

Roberta: Me voy a mi habitación, quiero estar sola. -Tomo a mi hija y subo las escaleras.

Mau: Rob...

Alma: Cariño déjala, necesita estar sola. -Es lo último que escucho antes de encerrarme en mi habitación. De tanto llorar me quedo dormida junto a Luciana y después de un rato un gran escándalo en la planta baja me despierta.

Diego: ¡ES MI MUJER Y TENGO DERECHO A VERLA! -Grita furioso y me levanto rápidamente.



Llego la hora de enfrentar esto.

Princesa (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora