Capítulo 2

297 22 0
                                    

Diego Bustamante:

Nunca pensé en quedar sin trabajo. Bueno no tan pronto porque vamos, estoy solo en esto, mi madre me necesita, mi hermano me necesita, de verdad es muy difícil esta situación, mamá necesita una operación y mientras ahorro para ella tengo que comprar sus medicinas, a mi hermano tengo que ayudarlo con la escuela, y si mi vida no es muy increíble que se diga, pero así soy feliz. Mi novia me habla mientras yo solo tengo mis pensamientos en lo que paso esta mañana, mi despido y él que casi una hermosa chica me atropella, ah ella, es tan hermosa, no puedo sacarla de mi cabeza.

Natalia: Entonces me la pase toda la mañana en la tienda...Diego ¿me estas escuchando?. –Chasquea sus dedos en mi cara y la miro.

Diego: A si, muy bueno. –Paso mi mano por mi cabello y alza una ceja.

Natalia: ¿Se puede saber que te pasa? Estas raro. –Se cruza de brazos y bufo.

Diego: No la estoy pasando bien, esta mañana me despidieron y no se como decírselo a mi madre. –Digo cansado.

Natalia: A es eso, pensé que era otra cosa. –Dice sin importancia y la miro extrañado.

Diego: ¿No te importa que me hayan despedido? –Digo serio y se encoge de hombros.

Natalia: Lo siento bebe, se me hace tarde y tengo trabajo. –Se levanta del sofá y besa mi mejilla. Toma su bolso y sale, definitivamente no entiendo a esta mujer, está completamente loca.

Mabel: Diego hijo, ¿Qué haces aquí tan temprano? –Pregunta confundida.

Diego: Ah.... Es que no había nada que hacer hoy Mami. –Sonrió nervioso y asiente.

Mabel: Que bueno hijo, por lo menos puedes descansar, ¿Te preparo algo de comer? –Pregunta y niego.

Diego: No ma tranqui, así estoy bien. –Sonrió y beso su frente.

Mabel: Esta bien, iré a recostarme un rato. –Besa mi mejilla y sonrió de lado mientras la veo irse a su habitación.

Diego: Dios, necesito un trabajo urgente. –Exclamo mirando al techo y él timbre suena. Abro y entra Miguel como alma que lleva el diablo.

Miguel: Diego descubrí algo que te va a interesar. –Dice agitado y alzo una ceja. __ ¿Recuerdas la chica de esta mañana? –Pregunta y asiento. Obvio que me acuerdo de la princesa, si es lo más lindo que me paso esta mañana. __Bueno resulta que estuve viendo él periódico y me llamo la atención él nombre de una empresa que busca un empleado, ley él nombre y ¿Qué crees? –Dice alzando sus dos cejas.

Diego: ¿Es algo bueno? –Digo dudoso y asiente sonriendo.

Miguel: Es la empresa de la chica que casi te mata esta mañana, dice "Empresa Reverte Enterprise busca empleado eficiente, que sea atento, suspicaz y tenga todo a la mano" Diego esto es perfecto, es algo así como lo que hacías en tu antiguo trabajo. –Tomo el periódico y leo la información.

Diego: Miguel esta es una oportunidad increíble, tengo que llamar urgente a Roberta. –Digo emocionado.

Miguel: ¿Roberta? –Pregunta frunciendo él ceño.

Diego: Si Miguel, Roberta, así se llama la chica de esta mañana. –Ruedo los ojos y sonríe pícaro.

Miguel: A mí se me hace que te gusto Eh. –Dice pícaro y lo fulminó con la mirada. __Oh vamos, Diego se nota a leguas que esa chica te encanto. –Dice obvio y creo que estoy sonrojado porque siento mis mejillas arder.

Diego: Ya déjame, tengo que llamar. –Digo fastidiado y tomo mi teléfono.

Roberta Reverte:

Observo mi rostro en él espejo y suspiro cansada. No puedo más, no aguanto más, todo esto me sobre pasa, aún recuerdo las palabras de mi padre, "Harás lo que yo diga cuando yo lo diga" lo sé porque todos los días me lo dice, recuerdo también aquella vez cuando me obligo a comprometerme con Paco, "Él es buen partido para ti hija, y no voy a permitir que estés con un bueno para nada, el forma parte de este negocio" si fue una discusión fuerte, ya que al principio me negué, pero termino amenazándome como siempre, así es mi vida, siendo sometida por mi padre y estar con un chico al no amo.

Alma: Que hermosa te ves cariño. –Dice mi madre con una sonrisa. Ella es mi único apoyo en esto, por ella me mantengo de pie.

Roberta: Gracias Mami. –Sonrió forzada y suspira.

Alma: Mi amor se que estas cansada, no vayas a esa gala si no quieres. –Acaricia mi cabello y cierro los ojos.

Roberta: Tengo que ir, papá se puede molestar. –Susurro y mi mamá bufa.

Alma: Martin me va a escuchar, te esta sobre cargando mucho. –Dice molesta.

Roberta: Mamá por favor, no le digas nada o se va a molestar más, sabes cómo es no lo molestes con eso. –Digo frustrada.

Alma: Hija, pero por Dios, tu padre tiene que entender que eres su hija, no eres uno de sus estúpidos asistentes, eres nuestra princesa y no es justo. –Dice angustiada.

Roberta: Tranquila, sabes que puedo soportarlo. –Beso su frente y mi celular suena.

Alma: Es un número desconocido. –Dice mientras observa la pantalla.

Roberta: Déjalo, no tengo tiempo para contestar ya es tarde. –Digo mientras tomo mi bolso. Media hora más tarde ya me encontraba en él gran salón, saludo a algunos socios, sonrió y siento unas manos posarse en mi cintura, volteo y me encuentro a Paco.

Paco: Hola cariño. –Susurra en mi oído. No sentí absolutamente nada de nada.

Roberta: Hola. –Digo con simpleza y besa mi mejilla ya que esquivo sus labios.

Paco: Estas hermosa, aunque sé que no te gusta mi compañía, igual te lo diré. –Acaricia mi mejilla y ruedo los ojos.

Roberta: Que bueno que lo sepas. –Sonrió irónica y suspira.

Paco: Roberta yo... Te amo y de verdad....

Roberta: Y tengo que irme porque me llaman. –Interrumpo y me separo de él para ir hasta donde se encontraban mis amigos. Solo lo escucho gruñir, pero no me importa. Me acerco hasta donde están Lujan, Teo, Giovanni, Mia y Dereck.

Teo: Mi preciosa Roberta. –Sonríe y besa mi mejilla.

Roberta: Que bueno verte chango. –Sonrió y saludo a los demás. Nos quedamos platicando un rato hasta que se dio inicio a la gala, llegue a mi casa justo a las dos de la mañana, al día siguiente justo a las siete de la mañana ya estaba en la empresa, paso justo hasta donde se encuentra mi oficina, pero mi asistente Laura me detiene.

Laura: Disculpe señorita, un joven la espera, dice que viene por él anuncio del periódico. –Entre cierro los ojos y hago memoria. A claro es para él trabajo que necesito.

Roberta: Si Laura ya sé de qué se trata, bueno hazlo pasar en cinco minutos. –Asiente y entro a mi oficina. Ordeno una que otra cosa que tengo pendiente y unos golpes a la puerta me interrumpen. __Adelante. –Digo sin despegar la mirada de unos documentos que tengo en manos y la puerta se abre.

Diego: Eh... Hola. –Esa voz. Levanto rápidamente la mirada y me encuentro con él chico al cual casi atropello. No sé exactamente lo que sentí, pero una alegría inmensa me invadió, una corriente traspaso cada parte de mi cuerpo, esos ojos miel me acaban de atrapar, no sé qué me pasa, pero sé que esto nunca lo sentí con nadie.

Roberta: Hola. –Digo sonriendo.

Jamás en mi vida me había sentido tan feliz.

Princesa (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora