Capítulo 20

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Roberta:

Miro hacia arriba y muerdo mi labio para no soltar un sollozo. Mi vida es una total mentira, no puedo más, no doy más, quiero desaparecer, ser otra, no ser hija de Martin Reverte. Doy vueltas por toda mi habitación encontrando las respuestas a todas mis preguntas, pero nada, ¿Que hice de malo? ¿Porque mi vida es así? Solo quiero ser feliz, Diego no tiene la culpa de nada y ahora me odia porque le mentí, fui una tonta por no decirle la verdad antes, eso me lo busque yo, al final creo que soy igual a mi padre.

Alma: Hola cariño. –Mi madre entra en mi habitación. Lo primero que hago en cuanto la veo es lanzarme a sus brazos, suelto todo lo que tengo acumulado. __Hey, mi amor ¿Que sucede? –Pregunta angustiada mientras acaricia mi cabello.

Roberta: Soy un desastre mami, papá tiene razón, no sirvo para nada. –Lloro quebrada y me separa de ella con delicadeza.

Alma: Cariño tú no eres ningún desastre, y por supuesto que Martin no tiene razón, tú vales mucho, que él no lo sepa apreciar es otra cosa. –Dice seria. Se recuesta en el respaldar de mi cama y recuesto mi cabeza en sus piernas.

Roberta: Lo perdí mami, todo por culpa de papá. –Sollozo.

Alma: ¿Se enteró sobre Diego? –Pregunta y asiento. __Dios mío, ¿Y que hizo? –Pregunta preocupada y me aferró más a ella.

Roberta: Me amenazó con hacerle daño, él se dio cuenta que estuvo aquí conmigo, no sé cómo hizo, pero se inventó un cuento y terminó diciendo que Diego le había robado 200 mil dólares, y ahora él está en la cárcel. –Mis lágrimas se intensifican. Mamá jadea por sorpresa y aclaro mi garganta para seguir hablando. __Y lo peor de todo es que Diego se enteró en ese preciso momento que me voy a casar con Santiago. –Mi voz se quiebra y mamá me abraza con fuerza. ___No puedo más mamá, necesito desaparecer, sin Diego a mi lado no puedo seguir. –Lloro quebrada.

Alma: Ay mi niña, cuanto quisiera apagar tu dolor, que todo esto fuera una mentira y sanar tu corazoncito hermoso, tú no te mereces este sufrimiento. –Ella llora junto a mí y besa mi cabello. Si supiera que todo esto lo hago por ella, para que Martin no le haga daño, para que no la aparte de mi lado ni nada.

Roberta: Te amo mami, por favor nunca me sueltes. –Susurro apagada.

Alma: Nunca hija, nunca te soltare, aquí estoy mi princesa, jamás te dejaré mi amor, también te amo. –La abrazo con fuerza. Con todo lo que soy, aquí vamos Roberta, te voy a sacar de ese lugar mi amor, te lo prometo Diego, serás libre.

Narrador Universal:

Los días pasaban. Roberta le pedía a Dereck a diario para que se esforzará en sacar a Diego de la cárcel, Diego aceptó a Dereck como su abogado sin chistar, todo eso gracias a Víctor, el hombre que salvó en la cárcel, según Víctor esto tenía que ser un plan, así que Dereck no sólo era el abogado de Diego si no también del viejo Víctor. Roberta no tenía ni idea de eso, pues Diego le suplico a Dereck que no le diera ninguna información ni le contara lo que pasará con él, muy a su pesar accedió y ahora Dereck es como el mejor amigo de Diego, pasaron dos meses y Roberta se casó con Santiago, todo muy triste pero tenía que hacerlo ya que Martin la amenazó con hacerle daño a su madre y a Diego con familia incluida, seis meses y Diego salió de la cárcel junto con Víctor y todo gracias a Dereck, Martin no se enteró de nada y nadie en particular, Diego no sabía, pero Víctor era un hombre muy poderoso, incluso con mucho más dinero que Martin. En todo ese tiempo Víctor aprendió a querer a Diego como un hijo, el sentimiento era mutuo, dos meses más y Diego era un gran arquitecto y empresario, Víctor lo dejo a cargo de todas sus pertenencias y de su empresa, ahora ambos vivían junto a Mabel y Leonardo en una gran mansión, la madre de Diego estaba muy bien de salud ya que pudieron operarla para que estuviera perfecta. Ahora Diego tenía una meta, y era vengarse de todos aquellos que se burlaron de él y le hicieron daño, de aquella mujer que lo engaño y de aquel hombre que lo metió a la cárcel, un año completo, Dereck toca el timbre de la gran mansión y Amanda la mucama abre y lo deja pasar sin problema.

Amanda: El señor Diego se encuentra en su despacho, puede pasar tranquilo señor James. –Sonríe amable y Dereck asiente.

Dereck: Gracias Amanda. –Asiente y se encamina hasta el despacho de Diego. Toca la puerta y un "Adelante" de parte de Diego se escucha. ___Hola hermano. –Saluda. Diego sonríe amable.

Diego: Adelante querido amigo, ¿Que te trae por aquí? –Pregunta sereno. Dereck se sienta en frente de él y suspira.

Dereck: Bien, me pediste que te averigüe sobre Reverte Enterprise y bueno, Martin está buscando un nuevo socio. –Diego lo mira atento y sonríe victorioso.

Diego: Perfecto, esto es lo que tanto estaba esperando, ay Martin Reverte , no sabes lo que te espera. –Sonríe satisfecho y Dereck lo mira frustrado.

Dereck: Diego por favor prométeme que no le harás daño a Roberta, ella es una mujer muy frágil y la está pasando mal. –Dice angustiado. Si claro, menos mal y esa traidora la pasa mal, no es más que una vil mentirosa, pensó.

Diego: Tranquilo querido amigo, mira esto es simple, con Roberta no tengo ningún interés, ella simplemente sufrirá solita porque no pienso perdonarla, esto es entre Martin y yo, el pagará muy caro todo lo que me hizo. –Sonríe algo malvado.

Dereck: Roberta no tiene la culpa de nada, ella simplemente es otra víctima de Martin, ella te ama y te aseguró que no ha dejado de hacerlo. –Lo mira suplicante para que entre en razón. Diego niega y golpea el escritorio con su puño.

Diego: Roberta Reverte no es más que una mentirosa, padre e hija, son tal para cual, mira Dereck sé que ella es tu mejor amiga, pero eso no quita lo que me hizo, ella me utilizó y eso no se lo voy a perdonar nunca, ella también tiene que pagar. –Dice molesto. Dereck niega y suspira frustrado.

Dereck: Tu no entiendes, ella hizo todo eso para...

Diego: Basta, no quiero seguir hablando de ella, que sea feliz con su esposo, total yo ya salí de su vida. –Interrumpe serio. Dereck suspira una vez más y asiente rendido.

Dereck: Bien, este lunes tienes una cita con Martin en Enterprise a las once de la mañana. –Avisa y Diego asiente sonriendo.

Diego: Muy bien, allí estaré, justo a tiempo. Llegó la hora de mi venganza, llegó tu hora de sufrir Princesa. –Sonríe triunfante.

Princesa (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora