Capítulo 34

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Roberta:

Mi ánimo esta por el suelo. Si bien debería estar feliz porque tengo dentro de el fruto del gran amor que Diego y yo nos tenemos, porque si, aún existe ese amor tan grande, al menos para mí. Porque después de haber visto esa escena entre Diego y la rubia teñida mi mundo se derrumbó, lo que vino después fue un Diego tratando de detenerme ya que había salido enojada de aquel lugar, trate de ignorarlo mientras llamaba a Mia para que fuera a buscarme, y mientras la espero no dejó de escuchar las excusas del papá de mi hijo.

Diego: Solo es una amiga, aunque sé que no debería de darte explicaciones. –Bufa y lo miro seria.

Roberta: No me las des entonces, porque no te las pedí. –Me cruzó de brazos y decido seguir ignorándolo.

Diego: Vamos al auto, te llevaré a casa. –Toma mi mano pero me suelto de el con enojo.

Roberta: No voy a ningún lado contigo, Mia ya viene por mí. –Digo sin mirarlo y se pone en frente de mí.

Diego: Yo te voy a llevar porque fui yo quien te trajo. –Dice firme. Niego decepcionada y le doy la espalda.

Roberta: Regresa con tu amiguita, que bastante confianza te debe tener para besarte en los labios. –Cierro los ojos dolida y escucho su risa.

Diego: Deja tus celos, ¿Qué quieres que te diga? Esa chica me encanta, no, es más, me vuelve loco, Samanta es maravillosa. –Volteo a verlo. Sonríe si importancia y mis lágrimas descienden, esto ya es demasiado.

Roberta: Entonces deja de insistirme para que me vaya contigo, búscala a ella y vete. –Digo al borde del llanto. Su sonrisa se borra, intenta acercarse a mí, pero retrocedo. __No me toques. –Digo quebrada y se toma del cabello frustrado.

Diego: Lo siento. –Me mira suplicante y niego mientras limpio mis lágrimas.

Roberta: Yo solo quiero irme a mi casa y no ver a nadie por un rato. –Me abrazo a mí misma al sentir un poco de frío.

Diego: Deja que te lleve, por favor. –Pide y se acerca a mi para cubrirme con su chaqueta.

Roberta: No quiero. –Musito y me alejó de el al ver a mi amiga llegar. Camino hasta el auto y me subo en el asiento del copiloto.

Diego: Rubia por favor cuídala. –Le pide a Mia con preocupación.

Mia: Yo si la cuido, pero al parecer tú solo te encargas de lastimarla. –Dice seria. Sin esperar a que el responda se pone en marcha. __Amiga te quiero, en serio, pero te pido que me digas lo que pasa. –Su voz suena preocupada y suspiro.

Roberta: Estoy embarazada. –Suelto. Ella voltea a verme más que impresionada, luego sonríe emocionada.

Mia: ¡Seré tía! –Grita feliz. Su sonrisa se borra al ver mi estado de ánimo. __¿No estas feliz? –Pregunta triste y asiento mientras decaigo en llanto de nuevo.

Roberta: Diego piensa que me acosté con Santiago, bueno eso ya lo sabes porque ya te lo conté, pero hay una chica la cual estaba con el cuando salí del consultorio de Giov, ella lo beso en los labios y él se dejó. –Sollozo y ella detiene el auto. Sus brazos me envuelven en un abrazo y lloro en su hombro. __El ya no me ama, lo perdí para siempre. –Lloro aún más. Ella acaricia mi cabello.

Mia: Tranquila, él no te merece amiga, Diego es un idiota. –Se separa de mi al escuchar como su celular suena. __Es Miguel, me está esperando para cenar. –Me mira apenada y asiente.

Roberta: Esta bien, solo déjame en mi casa y nos vemos mañana. –Sonríe comprensiva y pone el auto en marcha. Me deja en la entrada de mi casa y sin que nadie me vea subo a mi habitación, no quiero ver ni hablar con nadie. __Solo somos tú y yo, mi amor, tú que eres el regalo más hermoso que tu papi me dejó. –Susurro con ternura mientras acarició mi vientre aún plano. Caigo en un sueño profundo después de un buen rato, al siguiente día después de haber desayunado ya me encontraba en mi oficina ocupándome del trabajo pendiente.

Laura: Señorita Sevilla, me pidió que le recordará que esta semana es la junta con los inversionistas en Los Ángeles, y también está la sesión de fotos de la señorita Colucci sobre la nueva campaña, es allí mismo también. –Comenta mientras deja un par de carpetas en mi escritorio.

Roberta: Gracias, Laura, bueno yo me pongo al tanto con Mia. –Sonrió amable y asiente.

Laura: Otra cosa, su padre quiere verla a usted, a la señorita Colucci y al señor Bustamante en un rato en la sala de juntas. –Alzó una ceja y le hecho un vistazo a mi agenda. No tengo ninguna reunión programada para hoy.

Roberta: Esta bien, gracias, oye tráeme por favor un café con crema y caramelo y unas galletitas, por favor. –Pido amable y asiente mientras sale. La puerta vuelve abrirse y volteo, mi cuerpo se eriza al ver a Diego en frente de mí.

Diego: Hola, ¿Como pasaste la noche? –Pregunta mientras se acerca a mí y retrocedo un paso. Pues pase la noche llorando por tu culpa, porque eres un idiota de lo peor.

Roberta: Muy bien. –Miento en un hilo de voz. Toma mi cintura y me acerca a él.

Diego: ¿Segura? Tus ojitos se ven cansado. –Acaricia mi mejilla y mi piel se eriza.

Roberta: No finjas que te importa. –Musito y miro a otro lado que no sean sus ojos.

Diego: Roberta, si me importas, eres la madre de mi hijo, tengo que estar pendiente de ti. –Besa mi frente y se agacha a la altura de mi estómago. __Hola campeón, o princesita, no sé qué serás, pero te prometo que te espero con ansias. –Acaricia mi vientre y sonríe con ternura. Cierro los ojos mientras unas cuantas lágrimas se deslizan por mis mejillas. __Prometo amarte, mirarte, enseñarte a montar bicicleta, que juegues junto a mami, que la volvamos loca con las bromas que le haremos. –Ríe tierno. Ahogo un par de sollozos. __Te amo hijo o hija, te amo con toda mi vida y sé que serás igual de hermoso que tu mamita, con esos preciosos ojos y esa mirada tierna, te amo. –Deja unos cuantos besos por encima de mi vestido y luego se levanta quedando a la altura de mi rostro. __Tenemos una junta con tu papá. –Susurra. Deja un beso en mi mejilla y sale de mi oficina dejándome sola. Acarició mi vientre y limpio mi rostro con un pequeño pañuelo, no entiendo porque me hace esto, un día me trata mal y se comporta cortante y frío, otro día es tan tierno y amoroso, esto está matándome.

Mia: Hora de la reunión. –Anuncia mientras entra. Toma mi mano y me arrastra con ella hasta la sala de juntas. Diego se encuentra hablaban con mi padre quien voltea a mirarme y me pide que tome asiento.

Martin: Bien, los cite aquí porque como ya saben mañana hay que estar en Los Ángeles, los inversionistas están esperando para comenzar con la nueva campaña, además de que Mia tiene que hacer las fotos. –Nos mira a los tres y saca algunos documentos. __Desafortunadamente yo no podré ir, es por eso que los mande a llamar, Roberta, tu irás con Diego y se harán cargo de todo. –Me mira serio y trato de negar, pero no puedo. Estoy atrapada en viaje con Diego, esto no traerá nada bueno.

Diego: Disculpa Martin, ¿Puedo llevar a alguien? –Pregunta y frunzo el ceño.

Martin: Claro, ¿De quién se trata? –Pregunta curioso. Diego sonríe.

Diego: De mi novia, Sami. –Lo miró fijamente. Tomó la mano de Mia y la aprieto.

Roberta: ¿Qué? –Susurro en un tono apenas audible y aguanto las ganas de llorar.

Él no me puede hacer esto.

Princesa (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora