Capítulo 25

173 13 0
                                    

Roberta:

Después de tanto tiempo me sentí amada. Sentí que mi mundo volvió a su lugar, que todo ya se había resuelto en mi vida, pero no todo es lo que parece, ahora me doy cuenta de que soy la chica más estúpida que existe en este planeta. Diego cambio para mal, me siento vacía otra vez, mi vida es una total mentira, no puedo más con este sufrimiento. Sollozo mientras término de ponerme mi vestido, limpio mi rostro con mis manos y salgo de aquella habitación, trato de controlar mi llanto, pero simplemente no puedo, bajo los últimos tres escalones para salir de esa casa, pero una voz en particular me detiene.

Mabel: ¿Roberta? Cariño ¿Eres tú? –Pregunta sorprendida a mis espaldas. Cierro los ojos con fuerza y me volteo a verla.

Roberta: Hola Mabel. –Digo en un hilo de voz. Ella sonríe emocionada y se acerca a mí.

Mabel: Me alegra tanto verte mi niña. –Se lanza a mis brazos y ahogo mi llanto. No puedo más, estoy tan rota, tan vacía, todo gracias a Diego. __Mi niña ¿Que tienes? –Dice preocupada. Toma mis mejillas entre sus manos y me mira con ternura, que bueno que mi suegra no me odia como lo hace su hijo.

Roberta: Te... Tengo... Que... Irme. –Digo entre sollozos entrecortada.

Mabel: Pero dime que pasa primero, cariño me preocupas, estoy tan feliz de verte de nuevo, pero te encuentro llorando, pensé que Víctor me estaba mintiendo cuando me dijo que tu estabas aquí, y más que estabas con Diego. –Acaricia mi mejilla y lloro más.

Roberta: Por favor, Mabel, te lo suplico, yo solo quiero irme a mi casa, necesito estar en mi casa, no puedo más, no doy más con todo esto, no más. –Digo quebrada. Me derrumbó por completo entre sus brazos, Diego destrozó mi alma, destrozó mi vida.

Mabel: Diego te hizo algo. –Afirma y me mira. __Dime la verdad, ¿Que te hizo? Dímelo Roberta!, por favor. –Dice seria. Niego llorando aún.

Roberta: Déjame ir, después te digo todo, pero ahora necesito salir de aquí. –Suplico y niega.

Mabel: Tú no te puedes ir así, estas muy mal mi niña, deja que Leonardo te lleve. –Ofrece.

Roberta: No hace falta, yo me voy a calmar lo prometo, te veo después. –Sin darle tiempo a nada salgo por fin de ahí. Escuchando su llamado, sin detenerme subo mi auto y arrancó hasta mi casa. El camino se me hizo eterno, pero cuando llegó lo primero que hago es subir a mi habitación y echarme a llorar como una tonta. Al día siguiente ya me encontraba en mi oficina con un humor por el suelo, mi tristeza es mucho más grande.

Mia: Ya sé que te lo he preguntado muchas veces, pero ¿Que tienes? Anoche estabas feliz porque irías a arreglar las cosas con él, pero hoy estas triste, ¿No funcionó? –Toma mi mano por encima de mi escritorio y suspiro.

Roberta: Hicimos el amor, Mía. –Mencionó cabizbaja. Ella abre sus ojos sorprendida.

Mia: Amiga eso es lo mejor que pudo pasarte. –Sonríe y niego mientras empiezo a llorar.

Roberta: Yo si hice el amor con él, pero para él fue solo sexo, me trato de la peor manera, como si yo fuera una cualquiera, me trato como su prostituta. –Sollozo y ella se levanta para abrazarme.

Mia: No puedo creer que Diego fue capaz de tratarte así, es un cobarde poco hombre. –La escucho molesta.

Roberta: Lo amo, es están difícil para mí dejar de sentir este amor, él es mi paz, mi tranquilidad, me da todo lo que necesito para estar bien, pero el ya no me quiere, me odia a morir. –Me aferró más a ella y siento sus caricias en mi cabello.

Mia: No le demuestres nada, el solo se dará cuenta del gran error que está cometiendo. –Dice firme y asiento triste. La puerta de mi oficina se abre y por esta entra la persona que me rompió el corazón anoche.

Diego: Buenos días, hola, Mia. –Saluda a mi rubia con una sonrisa, pero Mia lo fulmina con la mirada.

Mia: A mí ni me hables, eres un idiota. –Dice molesta.

Diego: Auch, eso dolió viniendo de ti, pero bueno, ya me debo de imaginar por qué el insulto. –Se encoge de hombros restándole importancia. __Señorita Reverte, necesito hablar con usted, a solas. –Dice mirando de reojo a mi amiga.

Mia: Ni loca la dejó sola contigo. –Dice seria.

Diego: Es sobre el proyecto. –Rueda los ojos y suspiro rendida.

Roberta: Esta bien, déjanos solos, estaré bien te lo prometo. –Susurro y asiente rendida.

Mia: Te vigiló. –Lo señala con su dedo y él levanta sus manos en forma de paz.

Diego: Muy bien, aquí están los planos para la construcción del nuevo taller, necesito que firme una autorización para empezar con todo. –Me extiende una carpeta con los documentos y lo leo con detenimiento.

Roberta: Bien, ya los firmó. –Mencionó mientras buscó alguna lapicera, pero en mi escritorio no hay nada. Me levanto y camino hasta la biblioteca para tomar uno del estante. __Solo tomó una lapicera y ya. –Me volteo y chocó con su pecho duro. Él está justo en frente de mí, mirándome fijamente.

Diego: Anoche mi mamá entró a mi habitación a reclamarme, ¿Que le dijo? –Pregunta serio. Me lleno de valor y lo miro seria.

Roberta: No le dije nada, es más quise irme rápido de ese lugar, tenía que quitarme el mal sabor que tenía. –Lo miro con odio y me cruzó de brazos.

Diego: ¿Mal sabor? –Sonríe y se acerca más a mí. __Para mí fue todo lo contrario. –Susurra cerca de mis labios.

Roberta: Déjame. –Digo molesta. Intento alejarme de él pero me acorrala a la pared.

Diego: Anoche no me decías lo mismo, a ver Princesa, ¿Ya no quieres que te toque? –Susurra mientras acaricia mi cintura.

Roberta: Quiero... Quiero que me dejes. –Musito nerviosa. Sonríe y deja un corto beso en mis labios mientras desciende hasta mi cuello.

Diego: Tu olor me enloquece, quiero hacerte mía otra vez. –Susurra mientras sigue besando mi cuello. Jadeo y cierro los ojos dejándome llevar, Dios mío, Roberta apártalo de ti ya.

Roberta: Por favor detente. –Pido en un hilo de voz.

Diego: ¿En serio quieres que me detenga? –Pregunta mientras acaricia mi mejilla. Me quedo callada. __ ¿Lo ves? Relájate y déjate llevar. –Me alza y hace que rodee mis piernas en su cintura. __Me encantas. –Susurra y me besa. Como una estúpida que soy me dejó llevar.

Xxx: Roberta nece... –Me separó de él rápidamente y me quedo estática al verlo ahí.

Princesa (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora