Un café en venus

Mi pecado

Es pensar en tus ojos y tus labios.

Es imaginar cómo se sentiría besarlos y compartir contigo solo una noche de placer.

Escapar a ese mundo que se me fue negado. Y que el humo de nuestro cigarrillo sea el pacto que encierre nuestro encuentro en un bucle secreto

Es caminar sonriendo mientras pienso en la gracia, y ese atractivo que irradias casi inconscientemente.

Es buscar todo pretexto posible para compartir un mínimo minuto a tu lado y sentirme libre.

Es soñar con bailar embriagada bajo el manto de tu felicidad

Volver a ese espacio legendario que se me regalaba mi razón de ser. Pero que seas tú, quien me haga retornar de mi mortalidad atemporal.

No sé si es tu cabello maquillado por los rayos del Sol, o esa capacidad descuidada de sacar sonrisas a tu paso con poco más que tú simple presencia

Enigmático y curioso a la vez, te convertiste en el fantasma de mis sueños.

Cada día deseo un poco más de toda aquella pasión y esos desgarradores y excitantes deseos de vivir

Una sola frase tuya es suficiente para replantearme todo sobre el sentido de mi vida

Eres capaz con solo una de esas pícaras y hasta ingenuas sonrisas de hacer que me derrita

Como si de ti dependiese cada pétalo de mi jardín

Mi pecado es soñar con encontrarte, entre tanto mito. Con conocerte y abrazar infatigablemente eso que desprendes

Aunque todo se volviese oscuro y ya no hubiese retroactivas. Yo solo desearía un momento para escapar y vivir.

Pero por alguna enigmática e incluso agobiante razón

Quiero que tu firma esté al pie de mi manuscrito