Un café en venus

Marionetas

Hoy no hay poesía. A veces es difícil encontrarla. Divago ante la inmensidad de esta hoja en blanco que se impone como una muralla, divide los sentimientos de los pensamientos hechos girones en la mente, y mientras, incapaz de descifrarlos, intento descubrir cómo hacerlos tangibles.

Cuando despiertas, dándote cuenta por primera vez de que no puedes huir, de qué por difícil que sea, incluso cuando a veces olvidas hasta tu nombre, tú vida, es una historia que terminará escrita por tu propio puño y letra, e incluso cuando intentes dejarla en manos ajenas, no será más que el cruel garabato de tu propia sentencia

¿ Has pensado alguna vez si existe realmente el destino, o si somos capaces de reescribirlo?

Honestamente yo creo que se trata solo de otra artimaña para justificar el devenir de nuestras acciones y el lugar en que nos encontramos, muchas veces sin saber, o sin querer

Y, sin embargo, si no se trata de ese hilo rojo que muchas veces narra nuestra leyenda por el mundo, no sabría entonces decir nada de la dificultad imperiosa de sobreponerte a tus ideales

Hace algunos siglos logré entender que el mundo no es blanco o negro, hay una belleza especial que pocos podrían distinguir en los tonos grisáceos. Sin embargo, es como si de personas existieran sólo dos especies (ruego me perdonasen por resumir la existencia humana entre virtuosos y ortodoxos). Pero por algún motivo que no logro concretar, la vida en vez de juego, es una toma constante de decisiones que te baten de un extremo a otro en esto que parece ser la nueva polémica que nos rige.

¿Y es realmente todo más complicado que quien decide morir por un sueño y quien lo abandona por dinero ?

Lo es. Porque existen los puntos medios. Las batallas internas y los espectros que te intentan llevar al estío, o una cosa o la otra, al mundo no se viene a vivir por vivir

¿Y entonces a qué?

Debo estar demasiado perdida para creer que las emociones y sentidos son capaces de regir a los marginados entre ellos mismos