Un nuevo amante

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Se descubre entre la multitud. La capa de hiel trasnocha la figura veterana

Sedientos los cuerpos de Dios. El pecado es el secreto compartido, la condena adquiere a veces un dulce sabor

Inmaculada presencia travestida de inocencia donde descansa la amargura

Es en su pecho donde encuentra refugio. El dolor existe más allá de la falsedad. La culpa es el castigo divino por negar el lazo

La piel arde en deseo por otra piel que la haga suya. Pero no es la lujuria reina de la aventura.

El tiempo pasa

No es eterno el sentimiento pero lo es la llama de un corazón. Las flores se marchitan en la sequía, igual que se marchita un matrimonio sin amor.

La culpa la carga la parte incomprendida. La soledad hace acto de presencia, quema todo a su paso. Arden en cenizas los recuerdos. Las mariposas alzan el vuelo

El rencor saluda a la entrada con la carga de los años

Nada se hizo y nada se hará

De culpables salen a la calle. Indignas para las castas de imagen. Guerreras para las puras de corazón

Porque pocas entenderán el dolor. Las noches en que arde la piel y el corazón se parte ante la ignorancia

Los días de espera y ansias. La sensación de vacío, de no ser. La batalla que se pierde día tras día

El sol amanece y te regala de a pocos un piropo pasajero. Fantasma en tu presencia

Se supo con el tiempo que las miradas quemaban y ardían en la otra piel, y que los labios aprendieron a sanar

Las verdades caen como cimientos. Y en el fondo se sabe que no se trata de amor por amor. Pero que valiosa una caricia cuando el alma llora

Un café en venusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora