Era una de esas habitaciones pequeñas de gente poco dada a lujos, con las paredes rotas llenas de escritos, las líneas sueltas de algunos poemas de los viejos clásicos de la literatura cubana.
Sonaba lo último de Sabina en el equipo de música que no daba más y se saltaba los mejores tramos de canción
El aire se sentía pesado en aquel cuartico de barrio bajo lleno del humo de sus cigarros mentolados y el olor a vino tinto
Había un vestido negro, de esos cortos y holgados que se dejaban caer apenas rozando la piel, como a ella le gustaba vestir, estaba tirado de mala gana sobre la cama deshecha y un sombrerito como aquellos que usaba Silvio
Desnuda. Mojaba sus labios en la rojez de ese néctar dulce mientras se casaba con la melodía cantada a trompicones de la música que sonaba
Todo aquello era una especie de parafernalia para festejar la algarabía que había dentro de ella.
Estaba enamorada
Pero no había ningún nombre especial en su agenda, nadie que la hiciera soñar ni sonreír mientras caminaba sola la carretera.
Se amaba
Disfrutaba de la vida y las baladas que ese sorbo de cultura anticuada le regalaban.
Quería y se perdía en el deseo que unos pocos conocen de una noche entregada a placeres que no requieren de dos, ni de más
Era ella. Sola. Completa. Feliz.
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Un café en venus
SpiritüelEste libro es una recopilación de escritos antiguos y nuevos proyectos. Reflexiones abordadas mediante el hilo de una prosa poética que humildemente intenta apegarse al romanticismo y el realismo de su género. Espero lo disfruten !