No. La vida no es un poema. Una mujer no se define entre las líneas de un verso, ni sus curvas son una sonata. Aunque sea bonito fingir que podemos resumir la esencia del mundo de esta manera. Aunque nos prestemos a este juego superficial de sentimentalismos deformados.
De alguna forma extraña, nuestra existencia es la conformación de varios universos, con un principio y un fin difuminados en el punto medio del recuerdo. Siendo una versión distinta de ti con el paso de los días, como si las generaciones se fueran en el espacio de tiempo de un solo suspiro. Y ahí, en ese punto exacto, entre lo perdido y lo eternamente deseado, nace ese paralelismo.
Esa búsqueda incipiente de encontrar el arte en el aire y convertir en magia las cosas más triviales de la vida. Esa obsesión de dejar siempre una huella, que sirva un día para contar el delito sin pasión. Porque hasta esa se muere un día, la arrancan, la asesinan, o la abandonas en una esquina, con toda esa piel muerta que te quitaste de encima.
Ni la muerte ni la vida acompañan ese desvarío constante de sueños destrozados y realidades forzadas.
Decía que todo era tan fácil como vivir, sentir, y llevar por bandera todo lo lindo. La inocencia nubla los sentidos.
En medio de un cuento de hadas con lenguaje para adultos, solo puedes pensar que el mundo es blanco o negro y esperar que te toque la luz.
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Un café en venus
SpiritualEste libro es una recopilación de escritos antiguos y nuevos proyectos. Reflexiones abordadas mediante el hilo de una prosa poética que humildemente intenta apegarse al romanticismo y el realismo de su género. Espero lo disfruten !